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Cultura y Espectáculos > Bombazo

María Julia Oliván reveló lo difícil que fue su vida por tener un hijo autista

María Julia Oliván y Antonio demostraron que la incertidumbre inicial se transforma en orgullo y un futuro prometedor.

POR REDACCIÓN

Hace 4 horas
El hijo de Oliván fue diagnosticado con TEA a temprana edad.

María Julia Oliván compartió su experiencia de vida como madre de Antonio, su hijo diagnosticado con el Trastorno del Espectro Autista (TEA), durante su participación en el programa de Mirtha Legrand. Oliván narró la crianza de Antonio y destacó su excelente progreso académico y la importancia de la inclusión en su colegio.

La conductora rememoró el momento en que recibió el diagnóstico de su hijo, que se denomina "autismo, trastorno del espectro autista", cuando Antonio tenía apenas "un año y 7 meses". Al ser primeriza, Oliván tuvo dudas iniciales sobre las conductas de su hijo, aunque su marido tendía a minimizarlas diciendo: "Yo era igual yo era igual mi hijo también".

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Tras el diagnóstico, la conductora confesó el gran sufrimiento que atravesó inicialmente frente a la incertidumbre: "sufrí mucho en en al principio frente a a no saber qué iba a pasar". En aquel momento, sus preguntas a los profesionales, como las fonoaudiólogas, reflejaban su profunda preocupación por el futuro: "mi hijo va a ir a una escuela común mi hijo va a poder trabajar". Sin embargo, explicó que nadie puede darle una respuesta definitiva, ya que no se sabe cómo progresará cada persona.

En la actualidad, Antonio está "muy bien" y asiste a un "colegio normal," el Michaelham, cursando "tercer grado" con una maestra integradora. Oliván se siente "muy orgullosa y feliz" con la institución, a la que destacó por ser "superrespetuoso con las diversidades" y por el acompañamiento que brinda a los chicos con distintos diagnósticos.

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Antonio se destaca académicamente por ser "muy bueno en matemáticas, lee, escribe" y es "realmente muy encantador". En cuanto a sus sueños, dice que "quiere ser actor a veces a veces dice que quiere ser automovilista". Además, su nombre fue elegido en honor a su abuelo italiano, y Antonio "muere por Italia, muere por la piza, muere por todo lo que sea italiano". Durante la pandemia, Oliván comenzó a chatear y enviar consejos y trabajos con otros padres de chicos neurodivergentes.

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