Preocupación de trabajadores textiles de San Juan por nuevas suspensiones en Vicunha

La industria textil en San Juan atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. Luego de que el Gobierno Nacional oficializara, en marzo, una significativa reducción de los aranceles a la importación de indumentaria, calzado, telas e hilos, las consecuencias no tardaron en sentirse en las plantas locales. Una de las empresas más importantes del rubro, Vicunha, comenzará una nueva semana de suspensiones a partir del próximo lunes, en lo que ya suma más de 20 días sin actividad plena en lo que va del año.

La información fue confirmada por Roberto Vega, secretario general de la Asociación Obrera Textil (AOT), quien expresó su profunda preocupación por la situación que atraviesan los trabajadores del sector. “La industria textil tiene un presente malo, muy malo”, resumió con crudeza.

Según detalló Vega, el panorama en Vicunha es alarmante: “Ya suspendieron una semana a principio de año, luego otra en mayo, y ahora van a hacer otra en junio. Hay mucho stock y no se vende absolutamente nada. Esto nos lo dicen los propios encargados de las empresas”.

El principal factor detrás de esta crisis es el ingreso masivo de productos textiles importados, lo que genera una caída abrupta en la demanda de producción nacional. “Ha entrado mucha tela, mucho hilo y hasta ropa terminada desde afuera. No sabemos hasta cuándo vamos a aguantar esta situación”, sostuvo Vega.

Si bien aclaró que no ha habido despidos masivos, sí confirmó que se produjeron entre “dos o tres cesantías con causa”, pero remarcó que la gran preocupación está puesta en la caída progresiva del trabajo en distintos sectores de la planta, que cuenta con 450 trabajadores divididos entre personal quincenal y mensual. La estructura incluye hilandería, tejeduría y tintorería, y en algunos sectores ya se advierte una merma de actividad diaria.

Desde el sindicato de los textiles indicaron que la planta de Vicunha ya notificó a todo el personal sobre la semana de suspensión que comenzará el lunes próximo. En ese lapso, los trabajadores estarán sin desempeñar tareas productivas, aunque seguirán contando con el respaldo del gremio.

“Estamos complicados. Apoyamos a la gente desde el sindicato, aunque mientras se vuelva a trabajar después de cada suspensión, está todo bien. Pero se sufre. Estamos al día a día”, advirtió Vega, reflejando la incertidumbre con la que conviven tanto los trabajadores como los representantes gremiales.

La preocupación se amplifica considerando que Vicunha es una de las principales industrias textiles de San Juan, y cualquier alteración en su funcionamiento impacta directamente en la economía de cientos de familias.

Un contraste con otras empresas

En medio del panorama desalentador, Vesuvio, otra empresa del rubro textil que también opera en San Juan, atraviesa una realidad diferente. Según Vega, allí no se registran problemas ni suspensiones: “En Vesuvio no están afectados, por el alto rendimiento que tienen sus fábricas. Se está trabajando normal, sin problemas. Vesuvio nunca ha sido una empresa de parar”.

Este contraste demuestra que la apertura de importaciones afecta de forma desigual al sector, dependiendo de la capacidad de producción, la competitividad, los canales de comercialización y el tipo de productos fabricados.

La situación de Vicunha no es un caso aislado, sino un síntoma de una problemática estructural que afecta a la industria textil a nivel nacional. La baja de aranceles puede generar una caída abrupta en la producción local, provocando no solo suspensiones y pérdida de empleo, sino también un retroceso en el desarrollo industrial argentino.