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Lágrimas y caras largas en el PJ de San Juan tras la condena a Cristina
El peronismo de San Juan se reunió en la sede del PJ para mostrar su apoyo a Cristina Kirchner. Hubo lágrimas y rostros de tristeza en el partido.
La sede del Partido Justicialista de San Juan, la tradicional casona ubicada sobre calle 25 de Mayo, fue el lugar elegido por la cúpula peronista y la militancia para reunirse y mostrar su apoyo a Cristina Fernández de Kirchner. Tras conocerse la condena de la Corte Suprema de Justicia, hubo un momento de silencio, de lágrimas y caras largas.
En épocas de bonanza, el PJ local se lo veía repleto, con voces que resonaban en el salón que engloba la historia peronista sanjuanina. Sin embargo, en este martes 10 de junio, fecha en que se conoció el fallo de la Corte Suprema de Justicia, la tristeza, el dolor, la bronca e impotencia se apoderaron del lugar.
Sobre un atril puesto a los pies del escenario había una notebook por la cual pasaban el vivo de Cristina hablando a la militancia. Del otro lado, los distintos dirigentes sanjuaninos peronistas y los militantes, observando en silencio, escuchando y analizando las palabras de su referente nacional.
Los ojos de los militantes se llenaban de lágrimas mientras Cristina realizaba su descargo post fallo. El silencio reinaba, pero lo quebraba alguna voz: “Vamos Cristina”.
Juan Carlos Quiroga Moyano, Graciela Seva, Fabián Aballay, la cúpula del PJ San Juan; Carlos Munisaga, intendente de Rawson, Juan Carlos y José Luis Gioja, por nombrar solo algunos, fueron los dirigentes que se dieron cita en la sede local para manifestar su apoyo.
Tras el discurso de CFK, los cánticos peronistas no tardaron en aparecer y las muestras de apoyo volvieron a hacerse sentir. El pejotismo, golpeado, comenzó a alzar la voz y salió a la calle a manifestar su descontento contra el “Partido Judicial”, tal cual el nombre que se le dio al Poder Judicial por su supuesta implicancia política, y mostrar su apoyo con la expresidente de Argentina que ahora fue condenada por la causa Vialidad a seis años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos.