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Peces muertos en Cuesta del Viento: choque de análisis del agua
Por la muerte de peces en Cuesta de Viento hubo distintos análisis que se expusieron. El de la UNCuyo marcó picos de metales en un tramo puntual, Ambiente descartó tóxicos industriales dentro del dique. La causa sigue abierta.
La muerte de peces (pejerreyes) en el Dique Cuesta del Viento, en Iglesia, noticia que dio a conocer y dio seguimiento DIARIO HUARPE, dejó a la cordillera bajo un debate técnico que todavía no tiene respuesta única. La Asamblea Jáchal No Se Toca hizo pública una denuncia tomando como base el trabajo que ellos mismos encargaron a la UNCuyo. En su lectura, los resultados mostraron indicadores preocupantes en alta montaña, especialmente metales y cloro total, sin embargo, desde la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable la respuesta fue distinta: con análisis del laboratorio Cipcami (Centro de Investigación para la Prevención de la Contaminación Ambiental Minero Industrial) realizados en agua conectada directamente al embalse, no detectaron tóxicos industriales ni condiciones que, según ellos, expliquen contaminación minera. Los informes corresponden a tramos diferentes de la cuenca, lo que abre el escenario de muestreos, pero no deja en claro que pasó con los peces.
El muestreo pedido por la Asamblea a la UNCuyo incluyó puntos del Río La Palca y el agua de red de la comunidad. El dato más citado del informe fue el del sitio M11 del río, antes de la unión con el Río Blanco. Allí se observaron picos de arsénico 0,57 mg/L; aluminio 6,7 mg/L; cobre 0,20 mg/L; zinc 0,48 mg/L y boro 4,0 mg/L. También aparecieron bandas de mercurio entre 0,0005 y 0,001 mg/L, además de cloro total en rangos atípicos para un curso natural cordillerano. Con esos valores como base, Saúl Zeballos, referente de la Asamblea, sostuvo ante la Fiscalía de Jáchal, la UFI Norte, que podría existir afectación crónica a la vida acuática en tramos de alta cordillera, comparando criterios guía ambientales de organismos como el CCME (Canadian Council of Ministers of the Environment) y la Usepa (Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.).
Zeballos subraya que estos valores son prácticamente idénticos a los registrados tras el derrame ocurrido en septiembre de 2015, lo que, según su interpretación, constituye evidencia de un nuevo episodio de contaminación.
Por su parte, Ambiente evaluó el sistema del dique con mediciones propias ya dentro del circuito del embalse, incluyendo el ingreso del Río Iglesia antes de desembocar en el embalse, el Río Jáchal aguas abajo del dique y sectores de uso turístico como el Embarcadero y Náutica de playa Lamaral. En su informe, sostienen que pH, conductividad, oxígeno disuelto, turbidez y temperatura se mantuvieron dentro de los niveles guía que establece el Decreto 007/2024 y que no hubo detección de cianuro, mercurio ni nitritos en campo oficial. Para el organismo, hasta ahora no existe un parámetro industrial mensurable dentro del espejo del embalse que explique un evento de contaminación minera.
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Estos análisis, al igual que los de la UNCuyo, fueron remitidos la Fiscalía del Norte. Desde Ambiente explicaron que además solicitaron y adjuntaron los datos históricos de monitoreos correspondientes a la Cuenca del Río Jáchal – Cuesta del Viento 2025. También se enviaron los informes realizados por el Área Técnica de la Dirección de Conservación, elaborados tras las inspecciones efectuadas los días 20 y 26 de noviembre, con el fin de aportar todos los antecedentes ambientales pertinentes para la investigación.
Los otros análisis en Veladero
En paralelo, desde la mina Veladero se realizó un muestreo participativo en sectores específicos de montaña, principalmente el punto LA-16 del Río Las Taguas y tramos del Río Turbio. El operativo fue controlado por el fiscal Alfredo Sohar Aballay junto a su ayudante Patricio Díaz, además de la participación técnica del investigador del Instituto de Hidráulica de la universidad sanjuanina, el ingeniero Hugo Fernández de la UNSJ y equipos municipales de Jáchal.
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Los ensayos preliminares se realizaron en el Laboratorio SGS bajo supervisión científica de la bioquímica Victoria Rodrigo. Allí se confirmó que cloro total, mercurio y cianuro (tanto total como disuelto) estuvieron por debajo del límite de cuantificación, sin detección con los métodos aplicados. Respecto a los metales totales, sí se detectaron rangos cuantificables, pero —según la especialista— son compatibles con la composición natural de la roca cordillerana, sin que eso por sí solo confirme contaminación industrial ni toxicidad letal en el embalse.
¿Qué dicen los estudios sobre la mortandad en el embalse?
Los informes hasta ahora no ofrecen una única explicación, pero sí miradas distintas sobre sectores de la misma cuenca. El estudio encargado por la Asamblea a la UNCuyo puso el foco en alta montaña y detectó concentraciones elevadas de metales y cloro total en puntos aguas arriba, valores que, en su interpretación, podrían generar riesgos crónicos para la vida acuática en tramos específicos río arriba y que, afirman, lo vincularían con actividad minera de Veladero. En contraste, los análisis oficiales realizados por la Secretaría de Ambiente en los laboratorios del Cipcami evaluaron el circuito hídrico vinculado al dique y no registraron presencia de cianuro, mercurio ni otros tóxicos industriales en los puntos medidos en campo ni en el espejo del embalse. Los resultados del laboratorio SGS también van en esta línea.
Si estos hallazgos puntuales de alta cordillera tienen relación directa con la muerte de pejerreyes dentro del embalse es lo que todavía no está establecido. Con todos estos informes, la investigación de la UFI Norte será clave para tratar de esclarecer y dar algún tipo de respuesta.