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Costos laborales ocultos desincentivan la contratación formal
La CADAM alertó que gastos como la contribución solidaria por covid-19 y el aumento de las ART elevan el costo laboral y frenan la generación de empleo formal.
POR REDACCIÓN
La Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM) expresó su preocupación por el creciente costo laboral en el país, que incluye diversos gastos que los empleadores deben afrontar más allá del salario directo. Según la entidad, estos gastos adicionales desincentivan la inversión y la contratación formal de trabajadores.
Entre los principales factores que incrementan el costo laboral, CADAM destacó la eliminación de los topes tarifarios para las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART), establecida por la Resolución N.º 18 de la Superintendencia de Seguros de la Nación en enero, lo que generó aumentos directos en las tarifas que las empresas deben pagar.
Además, la cámara señaló otros “costos ocultos” derivados de las paritarias, como aportes obligatorios y contribuciones adicionales que se suman al salario. Un ejemplo es la contribución solidaria por covid-19 establecida en el convenio colectivo de abril de 2021 para la obra social OSECAC, que continúa vigente y se cobra por cada empleado, incluso si no está afiliado a dicha obra social.
Otro aporte relevante es el que deben realizar los empleadores al Instituto Argentino de Capacitación Profesional (INACAP), equivalente al 0,5% del salario de la categoría Maestranza A por trabajador. Según CADAM, este fondo recauda más de $30.000 millones al año y beneficia a determinadas cámaras empresarias bajo el argumento de financiar capacitación y fortalecimiento institucional.
También se mencionó el seguro complementario de retiro obligatorio La Estrella, que representa el 1,6% del salario y no permite elegir otro seguro, aunque el porcentaje es menor al 2,6% que se pagaba antes de la paritaria. La mitad del aporte se destina a una cuenta individual del trabajador y la otra mitad al sistema solidario de retiro. Este seguro existe desde 1993 y para acceder al beneficio el trabajador debe haber aportado al menos 20 años, algo que no siempre ocurre, especialmente cuando cambian de rubro o son despedidos.
El impacto de estos costos se refleja en la elevada tasa de informalidad laboral, que en el segundo trimestre de 2025 alcanzó al 43,2% de los trabajadores argentinos, según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y CONICET. La informalidad afecta especialmente a los jóvenes, con una tasa que llega al 65% en ese grupo etario.
La CADAM concluyó que “estas erogaciones, que se suman a cargas sociales y otros compromisos patronales, incrementan considerablemente el costo laboral argentino, reducen márgenes de inversión y desalientan la contratación de nuevos trabajadores. Esta situación limita la capacidad del sector privado de generar empleo formal, motor indispensable para el crecimiento económico del país”.