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La economía china se desacelera en agosto y aumenta el riesgo de deflación
En agosto, las principales variables económicas de China crecieron por debajo de las expectativas, con ventas minoristas en su nivel más bajo desde noviembre de 2024 y una producción industrial que desacelera, mientras persisten las negociaciones con Estados Unidos y crece la preocupación por la deflación.
POR REDACCIÓN
En agosto de 2025, la economía de China mostró una desaceleración en sus principales indicadores, ubicándose por debajo de lo previsto por los analistas. Este escenario podría motivar la implementación de nuevas medidas para fomentar el consumo interno, similar a lo ocurrido durante el año pasado.
Las ventas minoristas crecieron un 3,4% interanual, cifra que representa el nivel más bajo desde noviembre de 2024, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas de China. Sin embargo, los economistas de Capital Economics, Zichun Huang y Julian Evans-Pritchard, explicaron que “en términos reales, el crecimiento se mantuvo prácticamente sin cambios” y atribuyeron la desaceleración a los efectos inflacionarios.
Estos expertos también señalaron que “el sector minorista se desaceleró en los últimos meses al disiparse el impulso” generado por los programas de estímulo de bienes de consumo lanzados el año pasado, y que la actividad en el sector servicios también muestra signos de ralentización.
La producción industrial aumentó un 5,2%, su menor crecimiento en 12 meses. Según Capital Economics, esta caída se explica en parte por la menor demanda externa, ya que las ventas industriales destinadas a la exportación están disminuyendo.
El investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Mariano Treacy, explicó que China está modificando su modelo económico, orientándose hacia un crecimiento basado en el mercado interno. “En los últimos años China viene modificando su modelo de desarrollo y está tratando de volcar el excedente de producción al mercado interno”, afirmó, y añadió que para lograrlo es necesario incrementar las ventas domésticas y mejorar la capacidad de consumo y salarios.
Treacy destacó que “el dato clave no es tanto el del producto industrial, sino el de las ventas minoristas de bienes de consumo”. A pesar de que el ritmo de crecimiento es más bajo que el promedio de las últimas tres décadas, consideró que “está creciendo a un ritmo que es acorde a lo que está proyectado”.
En cuanto a la inversión, el crecimiento en activos fijos fue del 0,5% durante los primeros ocho meses de 2025, marcando su peor desempeño fuera del período pandémico. Este descenso ha afectado a sectores manufactureros, de infraestructura e inmobiliarios, siendo este último el más afectado.
Capital Economics atribuyó esta situación parcialmente a las olas de calor e inundaciones estivales, que podrían ceder en los próximos meses, pero también a factores estructurales como la reducción del apoyo fiscal y los esfuerzos para disminuir el exceso de capacidad. Lynn Song, economista jefe para China en el banco ING, señaló que “la caída del mercado inmobiliario es un factor clave en la débil confianza del consumidor, que continúa lastrando las ventas minoristas”.
Respecto a posibles medidas de estímulo, Gustavo Girado, economista y director del Centro de Estudios en Investigaciones Sino-Latinoamericano, sostuvo que “la economía de China está teniendo una performance bastante parecida a la del año pasado, donde en la primera parte del año los guarismos superan lo que está preestablecido en el Plan Quinquenal”.
Song recordó que en 2024, una desaceleración similar en julio y agosto deterioró la confianza antes de que el Banco Popular de China lanzara un paquete de flexibilización fiscal en septiembre. “Un cambio más marcado hacia el estímulo en general contribuyó a generar un fuerte repunte en el cuarto trimestre de 2024, lo que permitió que el crecimiento chino cerrara el año en un 5%”, añadió.
El riesgo de deflación también comienza a preocupar. Girado explicó que “la política de Trump de inhibir el mercado norteamericano para muchos productos chinos trajo como consecuencia una sobre-oferta de muchos productos chinos sobre el resto del mundo”, y sumó que “también muchos productos se volcaron al propio mercado doméstico chino, tirando para abajo los precios”. Por ello, advirtió que “un problema potencial en China es que va a haber deflación”.
Los datos de inflación mayorista de agosto mostraron un crecimiento nulo en precios, comparado con un incremento del 0,4% en julio. A nivel interanual, se registró una deflación del 2,9%, mejorando levemente respecto a la caída del 3,6% en julio contra el mismo mes del año anterior.
Treacy vinculó el riesgo de deflación con el “riesgo latente” del exceso de oferta y anticipó que, aunque China ya no está en una crisis de sobreproducción, “es muy probable que entre en una de acá a 5 o 10 años”. Por ello, el Partido Comunista Chino está adaptando su modelo para ampliar el mercado interno y absorber ese excedente.
El investigador también señaló que “es muy difícil que sortee esa crisis de sobreproducción” y planteó la posibilidad de que China pueda experimentar una deflación similar a la que vivió Japón en los años 90, lo que implicaría una desaceleración económica mayor.
En cuanto a la relación comercial con Argentina, Girado descartó que la desaceleración china afecte las exportaciones argentinas. “No está cayendo el consumo de alimentos en China: Argentina vende proteína vegetal para que ellos alimenten sus cerdos y sus pollos. Así que eso no cambia mucho”, explicó.
Además, señaló que “hace varios años que no se aumentan las ventas a la República Popular China” y atribuyó esto a la pérdida de competitividad en productos con valor agregado, debido a la política cambiaria argentina. Por su parte, Treacy consideró que la desaceleración industrial china no impactará en el corto plazo en las exportaciones argentinas, ya que China continuará demandando alimentos y minerales.