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Comunidad > Unidos por el Agua

El documental sobre la campaña “Unidos por el Agua” revela la dura vida sin agua en el sureste sanjuanino

El informe especial sobre la campaña solidaria “Unidos por el Agua”, que llegó a Las Trancas, el último distrito de la cuenca del Río San Juan, visibiliza una realidad que duele: la falta de agua y la espera eterna por el acueducto Encón–Las Trancas.

Hace 13 horas
El documental retrata de forma cruda y conmovedora cómo viven los pobladores del sureste sanjuanino.

El sábado 4 de octubre, tal como estaba previsto, la campaña “Unidos por el Agua” llegó hasta Las Trancas, en el extremo sureste de San Juan, donde el paisaje es tan seco como la esperanza de sus habitantes. Allí, vecinos, voluntarios y organizaciones sociales entregaron las donaciones recolectadas durante semanas: agua, alimentos y materiales esenciales. Pero el verdadero objetivo fue otro: visibilizar el reclamo de las comunidades rurales e indígenas por el acceso al agua, un derecho humano que hace décadas se les niega.

En esa zona, donde antes llegaban las aguas del río San Juan para alimentar las Lagunas de Guanacache, hoy solo queda un terreno árido y una población que sobrevive con lo mínimo. La mala gestión del recurso hídrico y la falta de inversión en infraestructura transformaron un humedal ancestral en un desierto.

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“No vivimos, sobrevivimos”

El documental retrata de forma cruda y conmovedora cómo viven los pobladores del sureste sanjuanino. En Las Trancas, el agua escasea para los animales, para las personas y para la vida misma. Los camiones cisterna llegan —con suerte— una vez cada 15 días; las perforaciones no alcanzan agua potable y las represas naturales están secas.

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“No vivimos, sobrevivimos”, dicen los lugareños, recordando que hace apenas unas décadas el agua del río llegaba a sus campos. Hoy, la desertificación avanza, la fauna desaparece, los jóvenes emigran y el sentimiento es uno solo: abandono.

Un reclamo tan justo como urgente

La construcción del acueducto Encón–Las Trancas no es un capricho ni un lujo: es una necesidad vital. Desde hace años, los gobiernos provinciales prometen la obra, pero nunca la concretan. Mientras tanto, provincias vecinas como Mendoza y San Luis ya cuentan con acueductos de más de 100 kilómetros, San Juan aún no logra ejecutar una obra de apenas 60 que cambiaría la realidad de miles de familias.

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El documental recoge los testimonios de los vecinos, la travesía solidaria y la fuerza colectiva que impulsa un reclamo tan justo como urgente. La pregunta que queda flotando es simple y contundente: ¿por qué se sigue postergando un derecho humano básico como el agua?

Unidos por el Agua: un mensaje que atraviesa la provincia

La jornada del 4 de octubre fue mucho más que una entrega solidaria: fue una acción política, humana y comunitaria que volvió a poner en agenda la emergencia hídrica del sureste sanjuanino.

El documental invita a toda la comunidad sanjuanina a mirar de frente esta realidad, a escuchar las voces que resisten y a sumarse a un reclamo que no debería esperar más: que el agua del río San Juan vuelva a las Lagunas de Guanacache y llegue a cada hogar de Las Trancas.

La fuerza de una red solidaria

La magnitud de lo logrado fue posible gracias a una red diversa, comprometida con la justicia social y ambiental, que puso lo que había que poner y creyó que esto era posible.

Se agradece a toda la comunidad sanjuanina, al Departamento de Sociología Facultad de Ciencias Sociales; a la Asociación Docentes, Investigadores y Creadores de la Universidad Nacional de San Juan (ADICUS); al Centro Cultural Huarpe Koaxa UTU; a la Comunidad Huarpe Salvador Talquenca; a la Comunidad Huarpe Pinkanta, a la Comunidad Huarpe Clara Rosa Guaquinchay; a Sala de Emergencia San Juan; a Cadena de Favores; a la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento; a la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ); a la Asamblea Agüita Pura para San Juan; a La Ramada Bar; a UPA de Pato Rossomando; al Colegio Los Andes; a la Fundación Corazón de Jesús; a Radio La Lechuza; a la Cooperativa de Cerámica Yarq’as; a la Asamblea Agua pura para Valle Fértil; y a las empresas sanjuaninas Tankito, Santa Clara, Graziani y VFG.

Todas y todos pusieron a disposición sus recursos logísticos y productivos para trasladar el agua que miles de sanjuaninos acercaron a los 15 puntos de acopio.

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