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El pasado de Daniel Ramón Pino, el pocitano detenido por pornografía infantil
Daniel Ramón Pino, arrestado por comprar y distribuir pornografía infantil, fue asesor político en Pocito y tiene un historial de violencia familiar y una condena en Estados Unidos por golpear brutalmente a su esposa.
Por Germán González
Días después de que se conociera la detención de Daniel Ramón Pino por la compra y distribución de pornografía infantil, nuevas revelaciones sumaron aún más gravedad al caso. El hombre, que reside en Villa Aberastain, Pocito, no solo enfrenta una causa judicial por delitos aberrantes, sino que también carga con un pasado cargado de violencia, una condena en el extranjero y un vínculo reciente con la política local.
Fuentes cercanas a Pino revelaron a DIARIO HUARPE que el detenido trabajó como asesor en el Concejo Deliberante de Pocito y mantuvo vínculos con el peronismo departamental. Esa etapa, de aparente formalidad, contrasta de forma cruda con su historial personal.
De acuerdo a testimonios del entorno familiar, Pino fue un hombre violento con su esposa e hijo. La mujer, harta de las golpizas —algunas de las cuales la dejaron internada hasta cinco veces—, decidió escapar junto al niño hacia Nueva York, cuando el pequeño tenía apenas ocho años. Pero Pino los siguió.
Ya en Estados Unidos, la violencia continuó hasta que el hijo, una vez mayor de edad, logró ponerle un freno. Sin embargo, un último episodio brutal dejó a la mujer en coma, hecho que culminó con la detención y condena de Pino en suelo estadounidense, seguido de una deportación inmediata.
Se estima que el hombre vivió entre 10 y 12 años en Estados Unidos, donde trabajó y logró una jubilación en dólares, la cual sigue cobrando mediante transferencias que gestiona su hijo desde el exterior, a través de una tía y por Western Union.
La historia de Pino volvió a las páginas policiales tras ser imputado por la UFI de Delitos Informáticos y Estafas por distribución y tenencia de material de abuso sexual infantil. La investigación comenzó tras una alerta de una ONG estadounidense, y confirmó que el acusado pagaba en dólares para acceder a contenido explícito de menores.
Además, la pesquisa identificó al menos siete bloqueos de su cuenta de WhatsApp, por compartir archivos con términos como “child” (niño), y un patrón de cambio de número que generó sospechas.
Hoy, Pino cumple prisión preventiva domiciliaria en su departamento de Villa Aberastain, mientras se investiga el posible vínculo con una red internacional de distribución de este tipo de material.
Las revelaciones sobre su paso por la política y su violento historial familiar profundizan el escándalo, en un caso que no solo expone delitos aberrantes, sino también connivencias y silencios que permitieron que Pino se moviera con impunidad durante años.