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Política > Repercusiones

La CGT apoyó a Cristina Kirchner, pero no promoverá un paro general

La Confederación General del Trabajo (CGT) enfrenta un fuerte debate interno sobre cómo reaccionar ante una eventual condena judicial contra Cristina Kirchner.

POR REDACCIÓN

10 de junio de 2025

La Confederación General del Trabajo (CGT), la principal central obrera de Argentina, se encuentra sumida en un profundo debate interno que amenaza con fracturar su unidad. La razón de esta tensión es la inminente decisión judicial sobre la causa Vialidad, que podría derivar en una condena firme para la expresidenta Cristina Kirchner. Dentro de la CGT, coexisten visiones contrapuestas sobre la postura que debe adoptar el gremialismo ante un escenario de esta índole, con algunos sectores abogando por una reacción contundente y otros priorizando la prudencia y la institucionalidad.

Las diferencias se manifiestan entre los distintos "ismos" que componen la CGT. Mientras un sector más afín al kirchnerismo y con una visión combativa presiona por medidas de fuerza como paros y movilizaciones en caso de una condena, argumentando que se trataría de una proscripción política, otro grupo más moderado, cercano a posiciones dialoguistas con el gobierno, prefiere esperar la resolución judicial y analizar los pasos a seguir con cautela, buscando evitar una confrontación directa que pueda afectar el diálogo social.

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Esta grieta interna no solo revela las heterogeneidades ideológicas y políticas dentro del movimiento obrero, sino que también pone de manifiesto la compleja relación entre el sindicalismo y el poder político en Argentina. La figura de Cristina Kirchner sigue siendo un eje polarizador, y su situación judicial ejerce una presión directa sobre las organizaciones que históricamente han sido un actor clave en la vida política del país. La decisión de la Corte Suprema, por lo tanto, no solo impactará a la política, sino también a la dinámica interna de la propia central obrera.

La resolución de esta interna en la CGT tendrá implicaciones significativas para el panorama político y social. Una respuesta unificada y contundente del sindicalismo podría generar un fuerte impacto en el gobierno y la opinión pública, mientras que una división podría debilitar la capacidad de presión de la central obrera en un momento crucial. La expectativa no solo recae en el fallo judicial, sino también en cómo los líderes sindicales lograrán (o no) consensuar una postura que defina la acción del movimiento obrero ante uno de los temas más candentes de la agenda nacional.

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