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La Iglesia criticó al Gobierno y profundizó su perfil opositor
En una homilía por San Cayetano, el arzobispo Jorge García Cuerva denunció el impacto social del ajuste y reclamó bajar los niveles de crueldad.
POR REDACCIÓN
La Iglesia Católica volvió a marcar distancia del Gobierno y profundizó su perfil opositor con un mensaje de fuerte contenido social y político. En una homilía pronunciada durante la misa por San Cayetano, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, cuestionó sin nombrarlo al presidente Javier Milei por el impacto del ajuste en los sectores más vulnerables. Advirtió sobre el crecimiento de la pobreza, denunció la “crueldad” en el discurso público y pidió una Argentina basada en la reconciliación, la dignidad y la inclusión.
Críticas al ajuste y a la “crueldad” del discurso político
En su mensaje, García Cuerva pidió "bajar los niveles de agresión, indiferencia, individualismo y crueldad", una frase que fue leída como un reproche directo al estilo discursivo del Gobierno, marcado por la confrontación y la descalificación de adversarios políticos y sociales.
"San Cayetano, ayudanos a hacer de la Argentina una casa de reconciliación, en la que dejemos de descalificarnos, de odiarnos, de tratarnos mal, y de usar palabras que lastiman", reclamó el arzobispo.
Un mensaje que representa a toda la Iglesia
Lejos de ser una expresión aislada, la homilía se sumó a una serie de pronunciamientos críticos de la Iglesia, encabezados por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que desde hace meses viene marcando sus diferencias con la gestión libertaria.
El actual presidente de la CEA, el arzobispo de Mendoza Marcelo Colombo, y su vice, el jesuita cordobés Ángel Sixto Rossi, han reforzado el perfil pastoral enfocado en los sectores vulnerables y en la denuncia de los efectos colaterales del ajuste económico.
Desde la CEA ya se han expresado en contra de medidas como la baja de edad de imputabilidad, el cierre de organismos públicos, la represión a jubilados, la desarticulación del FISU, y el retiro del Estado en barrios populares, lo que, advierten, "deja el terreno libre para los narcos".
Relación fría con la Casa Rosada
Pese a la gravedad de los cuestionamientos, la Iglesia mantiene una postura institucional de prudente distancia con el Gobierno. Fuentes eclesiásticas señalan que el diálogo con el presidente Milei es prácticamente inexistente: hasta ahora, el mandatario no ha recibido a las nuevas autoridades del Episcopado, que asumieron en 2024.
La interlocución se reduce a canales protocolares con la Secretaría de Culto y a vínculos directos que cada obispo mantiene con intendentes o actores locales. “Rosca política no hay”, aclaran desde el entorno episcopal.
Estrategia eclesial: firmeza sin partidismo
La estrategia, según señalan desde el ámbito eclesiástico, busca mantener la tradicional prescindencia partidaria de la Iglesia, pero con una presencia fuerte en el territorio y en los temas que afectan la vida cotidiana de la gente: jubilaciones, salud pública, educación, pobreza, trabajo.
El Episcopado ha recibido en los últimos meses a distintos grupos y sectores sociales que denuncian maltrato o indiferencia por parte del Gobierno. Muchos de esos encuentros fueron reservados, pero todos coinciden en una sensación de desprotección y abandono estatal.
Además, una de las frases que más impacto generó fue el llamado de García Cuerva a "salir del chiquero de la descalificación y la crueldad", una referencia directa al tono virulento del debate público que impulsa el propio presidente Milei, aunque recientemente haya prometido moderación.
Para la Iglesia, este clima de hostilidad termina opacando los verdaderos problemas de fondo que atraviesa el país. Y en ese contexto, la voz de la Iglesia se presenta como una referencia moral, dispuesta a marcar el rumbo sin competir por el poder.
“No podemos desentendernos de los que sufren. No es un problema ideológico, es una cuestión humana”, concluyó el arzobispo.