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La Policía comprometió más presencia en el barrio Cooperativa 8 de Noviembre

Los vecinos del barrio Cooperativa 8 de Noviembre se reunieron con el subcomisario de la 7° y definieron los pasos a seguir para frenar la inseguridad.

Por Federico Mir Muñoz
15 de mayo de 2025

La reunión vecinal llegó luego de dos semanas que se diera a conocer el problema del barrio.

Tras semanas marcadas por robos, agresiones y un clima de constante amenaza, los vecinos del barrio Cooperativa 8 de Noviembre, en Pocito, lograron que sus reclamos llegaran a oídos de las autoridades policiales. La inseguridad, que se convirtió en una rutina cotidiana, motivó una reunión con el subcomisario Nelson Molina, de la Comisaría 7°, quien se presentó en el lugar junto a su equipo para escuchar a los residentes y ofrecer una respuesta.

El encuentro se realizó en el mismo barrio, entrada la noche. “Aproximadamente a las 21 horas se presentó el subcomisario Nelson Molina, acompañado de efectivos de la Comisaría 7°. Vinieron a hacer una entrevista con todos los vecinos, en donde expresamos los hechos de inseguridad y ellos iban tomando nota”, relató un vecino que participó de la reunión, y que pidió mantenerse en el anonimato por temor a represalias.

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Durante el diálogo, los vecinos expusieron las situaciones que vienen soportando desde hace tiempo: robos reiterados en viviendas, ataques a piedrazos, amenazas a mujeres e incluso agresiones en presencia de niños. “A una mujer le tiraron piedras a la casa, le rompieron la luneta del auto. Estaban los niños jugando y a una de las niñas le pegó una piedra”, había denunciado tiempo antes una vecina a DIARIO HUARPE.

Frente a este panorama, y en medio de una creciente sensación de abandono institucional, el encuentro con las autoridades generó una tenue expectativa. “Uno de los motivos de la inseguridad que planteamos fue la falta de iluminación, la falta de recorridos, que el año pasado era más frecuente el recorrido de móviles policiales”, explicó el vecino.

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Como respuesta, el subcomisario Molina ofreció una serie de medidas que, de cumplirse, representarían un alivio para la comunidad. “Se comprometió para que alguien haga rondas a pie durante el día. Por la noche harán rondas con el móvil. También nos dejaron un teléfono para comunicarnos directamente”, detalló. Además, se firmó un acta con los puntos tratados y los compromisos asumidos por la fuerza.

El acta que firmaron los vecinos con la Policía.

Sin embargo, no todas las solicitudes pudieron ser resueltas. “Preguntamos para poner una garita o un puesto policial en la zona, pero nos dijeron que por ahora no tenían los recursos para hacerlo”, lamentó el vecino. Aun así, valoraron el gesto de presencia y diálogo, que contrasta con el desinterés que sienten por parte de otras instituciones. “La Municipalidad directamente no nos atiende”, afirmaron.

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Entre los pocos avances que reconocen, mencionan el cierre perimetral de dos calles que conectaban el barrio con un descampado, por donde solían huir los delincuentes. “La Municipalidad hizo el cierre con tejido y alambre de púa. La verdad que ayudó a frenar la inseguridad”, destacó.

Pese a ello, la comunidad continúa viviendo en estado de alerta. Las amenazas no cesan, los robos se repiten y los vecinos sienten que son vigilados por quienes los agreden. La reunión con la Policía fue un primer paso, pero saben que la clave está en el cumplimiento sostenido de las promesas. “Nos comprometieron a estar más presentes. Ahora esperamos que cumplan, porque vivir así no se puede más”, sentenció el vecino.

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