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Qué es lo mejor y lo peor de ser autoridad de mesa
Más de 8.000 personas, entre hombres y mujeres de todas las edades, se dedicaron a controlar la legalidad de los comicios. En diálogo con este diario contaron los pro y los contras hacer lo que ellos consideran como un deber cívico.
POR REDACCIÓN
En estas elecciones hubo un total de 1662 mesas habilitadas en toda la provincia. En cada uno de estos lugares se apostaron por lo menos 5 personas que constituyen las autoridades de mesa. Es decir que este domingo hubo unos 8.300 ciudadanos que trabajaron en el control de la votación.
DIARIO HUARPE recorrió diferentes escuelas y le consultó a las autoridades de mesa qué fue lo peor y lo mejor de cumplir esta función.
A la hora de evaluar los contra, el frío de la primera hora de la mañana fue el tema en común entre todos los consultados. Todos dijeron que se abrigaron lo mejor que pudieron ya que saben que en las galerías de los colegios hace mucho frío. Con los -3ºC que hubo de sensación térmica a primera hora, muchos hasta se llevaron mantas de polar para poder calentarse.
Otra de las cosas que molesta o por lo menos hacen demorar el proceso eleccionario es que muchos "vienen a poncho" y no saben bien ni que mesa les toca. "A pesar de que hace días los medios ya publicaron los padrones, muchos no consultan y vienen a la escuela a ver en qué mesa y no tienen idea del número de orden en el que salen en la lista", aseguró Celia Alonso, autoridad en una de las mesas de la escuela Normal Sarmiento.
La mayor parte de los consultados coincidió en que este desconocimiento se da principalmente entre los más jóvenes, ya que las personas mayores llegan a las escuelas ya sabiendo la mesa en la que deben votar. "Los más grandes hasta tienen en claro que van a votar, se demoran pocos segundos en el votar", aseguró Silvia Correa quien estuvo en la escuela ETOA.
Además del frío, otro de los grandes temas es el de la comida para pasar una jornada que suele extenderse desde minutos antes de las 8 hasta casi las 21. La mayoría lleva un sanguchito y el "infaltable" mate para sobrellevar las largas horas de espera.
A la hora de evaluar los puntos positivos la mayoría coincidió al decir que se trata de su aporte a la vida en democracia. "Es un día agotador, pero al final vale la pena", concluyó Juan Sosa mientras se cebaba un mate.