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Provinciales > Historias sanjuaninas

Volvió a bailar folclore para "hacer desaparecer" su silla de ruedas

Hace más de dos décadas, Eduardo Becerra se tiró un clavado en el dique de Ullum y se lesionó la columna, quedando en silla de ruedas. Hoy se desafía en la crianza de caballos y brillando bailando folclore.

POR REDACCIÓN

23 de agosto de 2024
Eduardo Becerra, bailarín de folclore

Eduardo Becerra tiene 41 años y hace más de dos décadas sufrió un grave accidente que lo dejó en silla de ruedas. Un día, en el dique de Ullum, disfrutando del agua, terminó con su capacidad de caminar y debió replantearse su vida. Pero hasta el día de hoy desafía los límites y volvió a su pasión por los caballos y el folclore.

Eduardo comenzó la rehabilitación y "mantuvo su cabeza fría", eso, según confiesa es lo que le trajo hasta la actualidad, sin ningún problema y con objetivos claros por delante. Vive solo, junto a la casa de su padres, y "la Madre Tierra" lo contiene.

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"Yo amaba los caballos y cualquiera que vea una persona en silla de ruedas cree que son dos cosas incompatibles", dijo en la visita de DIARIO HUARPE a su hogar. Su cabello largo le contornea la cara y él lo acomoda de vez en cuando para que no le nuble la visión, así como una vez hizo con las trabas que le puso la vida. "Me gusta desafiar mis límites y volver a los caballos fue eso. Pero todo depende de lo que a uno lo rodee. En mi caso mis padres, mi familia y mis amigos son fundamentales para seguir adelante. Ahora, Malambo y Gina, mis equinos, son mi mayor alegría", expresó.

Su papá y su mamá llenan de fotos la mesa de la casa. Algunas lo muestran en su vida anterior y otras en la actual. En todas, Eduardo posa lleno de vida. Pero en las actuales hay un distintivo que parece efímero, su silla de ruedas. Es que hace poco el hombre volvió a bailar. "Hay muchas personas que se sorprenden. Yo mismo creía que era algo imposible. Sin embargo cuando volví a bailar la silla de ruedas desapareció. Y así lo hace en todas mis presentaciones. Me deslizo por los escenarios en forma normal y todo en mí fluye. Acuerdo con mis compañeras para no hacerlas sentir incómodas, pero la verdad es que todo fluye", argumentó.

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Becerra se presentó nuevamente en sobre un escenario. "Tuve el número central y me gusta disfrutar del baile. El público se queda sorprendido porque no pueden creer que las personas con discapacidad podamos hacer un gran show y brindar un espectáculo tan especial. Se acercan y me dicen cosas hermosas, pero también me preguntan mucho. Esto es para animar a todos a seguir adelante. A desafiarse para poder siempre un poco más", argumentó con una sencillez y una calma que sorprenden.

Eduardo habla despacio, de manera pausada. Transita en su silla de ruedas entre los perros de la casa con un cuidado que demuestra el amor que tiene por los animales. Sus padres lo flanquean estoicos, pero le dan espacio para que se exprese libremente. Lo acompañan desde siempre y debieron cambiar sus modos de vida en varias oportunidades. Todo lo hicieron para que Eduardo pudiera volver a transitar la vida sin problemas. Hoy, ya instalados en una finca de 9 hectáreas en Albardón miran para atrás y se dan cuenta de que, ese accidente en el dique de Ullum los transformó a todos, como lo hizo el amor con el que lograron que todo fluyera de manera natural y plena, danzando como en una zamba con la vida.

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