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Vecinos reclaman mayor control por picadas clandestinas en Calle 5
Habitantes de la zona aseguran que las carreras de moto y auto se intensifican durante los fines de semana y exigen mayor presencia policial para evitar accidentes.
Vecinos de la zona de calle 5, en el límite entre Pocito y Rawson, manifestaron su preocupación por el incremento de picadas clandestinas de motos y autos. Según los testimonios, la actividad se concentra principalmente los fines de semana, generando ruidos molestos, inseguridad y dificultades para circular por la zona durante la madrugada.
A partir de la plaza ubicada sobre la intersección con calle San Miguel, varios residentes aseguran haber realizado reclamos formales al 911. “La policía se presentó en una oportunidad y actuó, pero con el paso de los días la situación vuelve a repetirse”, expresó a DIARIO HAURPE Néstor Escobar, quien además destacó que “no se trata de una gran cantidad de vehículos, pero el ruido es constante y perturba a todo el barrio”. El vecino advirtió que la problemática se extiende principalmente entre viernes y sábado, cuando las motos alcanzan altas velocidades en un tramo que, según describió, permanece poco controlado.
Gladys, otra residente de calle 5, coincidió en la necesidad de reforzar la presencia de autoridades. “Hemos perdido la tranquilidad que teníamos. Antes no se escuchaban ruidos, pero ahora es complicado incluso salir a la calle. Hay señalización, pero muchos conductores no la respetan”, sostuvo. Además, afirmó que durante la noche, y especialmente de madrugada, circular resulta riesgoso: “Desde las 2:30 o 3:00 de la mañana se vuelven a escuchar las corridas, y a veces esto dura hasta el amanecer”.
En tanto, Silvia, propietaria de una vivienda cercana, remarcó que la presencia de motos es la más notoria. “En la madrugada del sábado y domingo se escucha fuerte. Lo preocupante es la velocidad que toman en el tramo que va desde San Miguel hacia Vidart. Es peligroso para quienes transitan, porque una mala maniobra puede terminar en accidente”, señaló. Agregó que los ruidos no solo molesta a quienes descansan, sino que también generan temor a la hora de cruzar la calle.
Los vecinos coincidieron en que, más allá de las intervenciones puntuales, la situación requiere medidas de control sostenidas. Consideran fundamental incrementar los patrullajes nocturnos y fortalecer las sanciones para desalentar las carreras. Mientras tanto, la comunidad permanecerá en alerta, esperando respuestas concretas para recuperar la tranquilidad que caracterizaba al barrio.