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Adiós a un vecino ejemplar de Chimbas: la conmovedora vida de Alfredo Pedro Ávila

Alfredo Pedro Ávila tenía 93 años y murió de un paro cardíaco. Su historia de vida, marcada por el esfuerzo, la humildad y el compromiso con su comunidad, deja una huella imborrable en San Juan.

20 de junio de 2025
Alfredo Pedro Ávila tenía 93 años. 

El pasado lunes 16 de junio por la noche, un paro cardíaco silenció para siempre la voz de un querido vecino de Chimbas, un hombre cuya trayectoria de vida, marcada por la humildad y la superación, dejó una huella imborrable en quienes lo conocieron. Alfredo Pedro Ávila, de 93 años, fue un verdadero ejemplo, alguien que, desde muy joven, comprendió que el camino del esfuerzo era el único para construir un destino.

Alfredo tenía 93 años, aunque si bien era oriundo de Santa Lucía, ya hacía algunos años que vivía en Chimbas junto a su esposa y sus hijas Daniela y Marianela. Antes de su fallecimiento, dio una entrevista a DIARIO HUARPE en donde contó su historia de vida y cómo fue superando cada obstáculo que se le presentaba.

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Alfredo contó que su primer trabajo fue en el colegio: "Tenía que llevar la correspondencia del correo al ferrocarril". Por esa tarea, le pagaban apenas $18, un ingreso que se lo daba a su madre para los gastos de la casa.

Alfredo Pedro Ávila, en su hogar de Chimbas, donde vivió sus últimos años rodeado de afecto.

Con solo dos años en ese trabajo, su dedicación lo llevó a un empleo directo en el correo como mensajero. "Tenía un trayecto de 16 kilómetros de distancia que recorría todos los días en bicicleta", contó el hombre. La rutina era estricta: "debía estar a las 8 de la mañana para izar la bandera y a las 21 horas para bajarla, y día a día". 

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Incluso, su compromiso lo llevó a duplicar sus tareas y a pesar de la exigencia, logró ingresar a la Escuela Industrial. "Tenía que venir desde Santa Lucía al centro en bicicleta y luego trabajaba".

Luego tuvo un breve paso por la Municipalidad de Santa Lucía, donde se desempeñó como administrativo y se forjó el mote de "un buen empleado", según le decían sus compañeros y superiores. Un cambio de gobierno lo dejó sin empleo, pero el destino le tenía reservada una nueva oportunidad: un amigo lo contactó para trabajar en la flamante administración propia del Hospital Doctor Guillermo Rawson.

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Fue empleado del Hospital Rawson y del Banco de San Juan, donde se jubiló tras décadas de servicio.

Su compromiso y capacidad lo llevaron a ser el encargado de la oficina de compras del hospital, una tarea que afirmaba que era de "bastante responsabilidad". La cúspide de su carrera llegó con su ingreso al Banco San Juan. "Ahí ya cambió toda mi vida", haciendo referencia a la diferencia de sueldo entre un trabajo y el otro, lo que lo llevó a tener él y su familia una mejor calidad de vida. 34 años después, Alfredo se jubiló en el Banco San Juan, dejando así una vida laboral dedicada al servicio.

Lamentablemente, Alfredo falleció el pasado 16 de junio, dejando un inmenso vacío en su familia y en toda la comunidad chimbera. Su recuerdo seguirá vivo en el recuerdo de cada persona que lo conoció y compartió con él una jornada de trabajo o una simple charla. Especialmente, perdurará en el corazón de quienes fueron testigos de su admirable trayectoria de vida.

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