Antonio Gasalla y su galería de personajes: retrato de una sociedad en clave de humor

El legado de Antonio Gasalla en la cultura argentina es innegable. A lo largo de su carrera, el actor y humorista creó personajes icónicos que trascendieron generaciones, combinando humor, crítica social y un profundo conocimiento de la idiosincrasia argentina. Desde el teatro hasta la televisión y el cine, sus creaciones marcaron una época y continúan siendo referentes en el humor nacional.

Mamá Cora: el ícono de "Esperando la carroza"

Uno de los personajes más emblemáticos de Gasalla es, sin duda, Mamá Cora. Creada originalmente para el teatro, esta abuela de 78 años se convirtió en un ícono del cine gracias a su interpretación en Esperando la carroza (1985), de Alejandro Doria. Con su voz quebrada y su aire despistado, Mamá Cora encarnaba el desorden familiar y la incertidumbre sobre el cuidado de los ancianos en la sociedad. Su popularidad llevó a Gasalla a desarrollar una versión más despierta y mordaz del personaje, conocida como La Abuela, quien se destacó en el living de Susana Giménez durante años.

Soledad Dolores Solari: la mujer atrapada en su mundo

Otro personaje inolvidable es Soledad Dolores Solari, una mujer solitaria, acomplejada y con una vida marcada por la dependencia emocional de su madre. Vestida de negro, con guantes blancos y una cabellera lacia y reluciente, Soledad encarnaba los miedos y frustraciones de una generación que encontraba en la terapia una vía de escape. Sus visitas a los psicólogos, sus diálogos con su amiga Chabona y sus intentos fallidos de independencia generaron momentos de humor absurdo y reflexivo.

Flora, la empleada pública: la burla a la burocracia

En un país donde hacer trámites suele ser una odisea, Gasalla creó un personaje que se convirtió en un emblema de la burocracia estatal: Flora, la empleada pública. Siempre junto a su inseparable compañera La González (interpretada por Norma Pons), atendía a los ciudadanos con desdén, mientras tomaba mate y criticaba todo a su alrededor. La sátira de Gasalla sobre la administración pública generó carcajadas y al mismo tiempo reflejaba una realidad que muchos argentinos conocían de primera mano.

Yolanda: la madre manipuladora

En una exploración del vínculo madre-hija, Gasalla dio vida a Yolanda, una mujer mayor que finge estar impedida para moverse y obliga a su hija Marta a atenderla en todo momento. Con frases como "Sos yegua, Marta", el personaje reflejaba una relación familiar tóxica en clave de humor, abordando el desgaste emocional y el chantaje afectivo con una mezcla de ironía y exageración.

Bárbara Don’t Worry: la sátira a la farándula y la estética exagerada

Con Bárbara Don’t Worry, Gasalla parodió el fenómeno de la televisión frívola y la obsesión por la apariencia. Esta excéntrica conductora de televisión, con rasgos exagerados por cirugías plásticas y una actitud desbordante, entrevistaba a celebridades en su programa de cable. Sus encuentros con figuras como Susana Giménez y Fito Páez fueron momentos memorables en la televisión argentina, destacando el ingenio del humorista para captar y exagerar las tendencias sociales del momento.