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La historia de Carla Nash, la mujer a la que le arrancó la cara un chimpancé

Su caso conmocionó al mundo y reavivó el debate sobre tener animales salvajes como mascotas. Más allá de las cirugías reconstructivas y la pérdida de la vista, su espíritu se niega a rendirse. El conmovedor relato de una superviviente.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
El largo calvario de Charla Nash: trasplante de rostro, ceguera y una batalla sin fin tras el ataque de un primate. FOTO: Gentileza

El 16 de febrero de 2009 quedó grabado como una fecha de horror en la vida de Charla Nash. Lo que comenzó como una visita rutinaria a la casa de su amiga Sandra Herold en Stamford, Connecticut, terminó en un ataque de una brutalidad casi inimaginable que desfiguró su rostro y cambió su existencia para siempre. A 16 años de la tragedia, su historia sigue siendo un testimonio estremecedor de supervivencia y resiliencia frente a una violencia animal extrema.

El llamado de emergencia que retrató el horror

La secuencia de eventos fue caótica y rápida. Travis, un chimpancé que había sido criado como un hijo en el hogar de los Herold durante más de una década, mostró un comportamiento errático ese día. Tras intentos fallidos de calmarlo, el animal se lanzó sobre Nash con una fuerza descomunal. El desesperado llamado al 911 realizado por Sandra Herold capturó la magnitud del pánico: “¡Está matando a mi amiga! ¡Por favor, apresúrate! ¡Se la está comiendo!”, gritaba al operador.

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Cuando la policía llegó, la escena era dantesca. Travis, cubierto de sangre, merodeaba por el patio. Nash yacía gravemente mutilada; el primate le había arrancado los párpados, la nariz, los labios, la mandíbula y parte del cuero cabelludo. Un oficial debió dispararle al animal para poner fin al ataque.

Un largo calvario médico y el trasplante de rostro

La supervivencia de Nash fue el primer milagro. Trasladada en estado crítico, pasó meses en coma inducido y más de un año en la unidad de cuidados intensivos. Su camino hacia alguna forma de recuperación ha sido un calvario de intervenciones quirúrgicas. Se sometió a un trasplante de rostro pionero, un procedimiento de alta complejidad que, aunque le devolvió una apariencia facial, no estuvo exento de complicaciones. Su cuerpo rechazó el trasplante de manos que también recibió, y en 2016 enfrentó una crisis médica cuando comenzó a rechazar el rostro trasplantado, una emergencia de la que logró sobrevivir.

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Hoy, Nash reside en un centro especializado de cuidados, donde su vida está lejos de la independencia que alguna vez tuvo. Ha perdido la vista y requiere asistencia constante para las tareas más básicas. Su realidad es una lucha diaria contra las limitaciones físicas y el fantasma de la tragedia.

Una vida Reconstruida sobre la adversidad

A pesar del dolor y la pérdida, la fortaleza de espíritu de Charla Nash emerge en sus declaraciones. “No pienses en el pasado y en lo que pasó. Piensa en lo que vas a ser en el futuro y en lo que quieres hacer a continuación. No te rindas nunca”, ha expresado. Esta filosofía la ha sostenido a través del dolor, las infecciones y las interminables terapias.

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Su caso tuvo también ramificaciones legales y un debate social sobre la tenencia de primates como mascotas. Nash demandó a la familia de su amiga y recibió una indemnización, aunque ningún monto económico puede compensar el daño sufrido. Sandra Herold falleció en 2010, dejando un capítulo trágico cerrado para una de las partes.

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