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Atacantes en Bondi tiraron explosivos que no explotaron, confirma la policía
La investigación del ataque terrorista en Bondi Beach, Sídney, reveló que los autores del atentado arrojaron varios artefactos explosivos improvisados que no llegaron a detonar antes de abrir fuego contra una multitud que celebraba una festividad judía.
POR REDACCIÓN
La policía de Nueva Gales del Sur confirmó que, durante el ataque terrorista perpetrado el 14 de diciembre pasado en Bondi Beach, Sídney (Australia), los presuntos agresores arrojaran explosivos improvisados hacia la multitud que celebraba una festividad judía, aunque ninguno de esos artefactos llegó a detonar.
Según una declaración policial preliminar que fue publicada tras el levantamiento de una orden de secreto judicial, los dos hombres acusados (identificados como Naveed Akram, de 24 años, y su padre Sajid Akram, de 50, abatido durante el tiroteo) lanzaron al menos cuatro artefactos improvisados, incluidos bombas de tubo y una con forma de pelota de tenis, hacia una zona donde se concentraba gente antes de comenzar a disparar contra la multitud. Aunque los explosivos no detuvieron, las autoridades los consideraron “viables” y peligrosos.
La investigación establece que los atacantes colocaron banderas vinculadas al Estado Islámico en su vehículo antes de dirigirse al lugar y que tenían armamento de fuego con el que posteriormente abrieron fuego, dejando al menos 15 personas muertas y varias decenas heridas. Las autoridades presentaron cargos múltiples, incluidos asesinato y terrorismo, contra Naveed Akram tras su arresto.
El hecho ocurrió durante una concentración popular en una playa muy concurrida de Sídney, en la que cientos de personas se reunían para una celebración pública. La presencia de artefactos explosivos, aunque fallidos, agregó un nivel adicional de gravedad al suceso y puso de relieve la planificación del ataque.
La aparición de estos detalles se dio en un momento en el que la sociedad australiana y las autoridades intensifican los debates sobre seguridad, control de armas y prevención del extremismo, ya que este ataque se perfila como uno de los más mortíferos de la historia reciente del país y ha generado una respuesta legal y política significativa.