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Bizcochitos caseros con salame y queso: irresistibles y fáciles de hacer
Ideales para el desayuno o una picada, estos bizcochitos se hacen con pocos ingredientes y se pueden saborizar con lo que más quieras.
POR REDACCIÓN
La cocinera sanjuanina Bárbara Breviere presentó una receta para los amantes de lo salado. En el segmento Yo cocino, del clásico programa Yo Te Invito, que acompaña las tardes de los sanjuaninos. Con la conducción de Ana Paula Zabala y Alejandro López, el programa se emite por Huarpe TV, a través del canal 19.2 de la Televisión Digital Abierta (TDA). En esta ocasión, Bárbara compartió la preparación de unos bizcochitos caseros saborizados, una opción rápida y versátil para cualquier momento del día.
En esta receta se utilizan 500 gramos de harina 0000, 20 gramos de levadura fresca, 50 gramos de grasa, una cucharadita de sal, y agua tibia en cantidad necesaria para formar la masa. Como ingredientes opcionales y saborizados se puede agregar salame, queso, ajo, aceitunas, orégano, albahaca o paleta cocida, según el gusto de cada uno.
Para comenzar, se prepara un fermento con la levadura, una pizca de azúcar, un poco de harina y agua tibia. Esta mezcla se deja reposar unos minutos hasta que espume. En un bowl grande se coloca la harina y, en los bordes, la sal, procurando que no entre en contacto directo con la levadura. Se incorpora la levadura fermentada y la grasa previamente derretida. A medida que se mezcla, se agrega agua tibia de a poco hasta lograr una masa suave y blanda.
La masa se amasa durante unos 5 a 10 minutos con energía, luego se deja descansar de 10 a 15 minutos para que leve. Una vez que la masa ha reposado, se agregan los ingredientes deseados: salame picado, queso, hierbas o lo que se prefiera. Se vuelve a estirar la masa hasta obtener un grosor de aproximadamente dos centímetros y se corta en forma redonda o con el molde que se tenga a mano.
Finalmente, se colocan los bizcochitos en una bandeja y se llevan a horno precalentado a 180 grados durante unos 10 minutos, o hasta que estén dorados. Se pueden comer recién salidos del horno o conservar en un recipiente hermético para consumir más tarde.