Consumo correcto de semillas de chía: cómo evitar el error más común

Las semillas de chía son conocidas por sus beneficios nutricionales. Su alto contenido de fibra, antioxidantes, grasas saludables y proteínas vegetales las ha posicionado como uno de los “superalimentos” más populares en la nutrición moderna. Sin embargo, para aprovechar todos sus nutrientes, es importante consumirlas correctamente.

Según expertos de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, uno de los errores más comunes al consumir semillas de chía es ingerirlas secas. Las semillas de chía poseen una capa exterior dura que debe romperse para liberar sus nutrientes de forma adecuada. Si no se hidratan previamente, los nutrientes no se absorben correctamente y pueden causar molestias digestivas.

El método más eficaz de consumo es hidratarlas. Para ello, se recomienda mezclar las semillas con agua y dejarlas reposar durante 15 a 30 minutos, hasta que liberen una sustancia gelatinosa, conocida como “gel de chía”. Esta preparación mejora la digestión y hace que los nutrientes sean más accesibles para el cuerpo. Además, se pueden añadir a yogures, licuados o jugos.

Un error frecuente es consumir las semillas secas, lo que puede provocar problemas digestivos como hinchazón, gases y dolor estomacal. Un caso reciente viralizado en redes sociales mostró a una persona que sufrió de hinchazón después de comer chía cruda en su yogur. Las semillas absorbieron líquido en su aparato digestivo, lo que causó la inflamación.

Los expertos también advierten que personas con ciertas condiciones de salud, como diabetes tipo 2, hipertensión o problemas digestivos, deben tener precaución al consumir semillas de chía. Su consumo excesivo, especialmente sin suficiente líquido, puede interferir con medicamentos y generar efectos no deseados.

Para incorporar las semillas de chía de manera segura en la dieta, es esencial seguir las recomendaciones de hidratarlas antes de su consumo. Además, se pueden incluir en batidos, ensaladas, o como parte de la preparación de panes y galletas, siempre asegurándose de que se consuman en la cantidad adecuada.

Este superalimento puede aportar grandes beneficios para la salud si se consume correctamente, así que es fundamental seguir las pautas para evitar complicaciones digestivas y maximizar su potencial nutritivo.