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Crimen de Florencio Varela: confirmaron que la mujer mató a su hijo
El padre, inicialmente sospechado, fue desvinculado del caso tras comprobarse que estaba trabajando al momento del crimen. La mujer sufría depresión y dejó cartas explicando su accionar.
POR REDACCIÓN
La Justicia de Florencio Varela confirmó que la trágica muerte de una madre y su hijo fue el resultado de un filicidio seguido de suicidio. La investigación determinó que M.A.L., una mujer de 47 años, asesinó a su hijo de nueve de un disparo en la cabeza y posteriormente se quitó la vida dentro de su vivienda. El hecho ocurrió el viernes 30 de mayo de 2025 en una casa ubicada sobre la calle Pehuajó al 2300.
En un principio, la principal hipótesis apuntaba al padre del niño, quien fue el primero en llegar al domicilio y encontrar la escena. Sin embargo, los investigadores corroboraron su coartada y descartaron su participación.
El hombre, tornero de profesión, declaró que salió de su casa en horas de la madrugada rumbo a su trabajo en Munro, en el norte del conurbano bonaerense, y que regresó cerca de las 17 horas. Al entrar, encontró a su esposa sin vida y a su hijo gravemente herido. Cuando llegó el SAME, ambos ya fallecieron.
El fiscal Darío Provisionato, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción N° 1 de Florencio Varela, ordenó verificar los movimientos del padre a través del sistema SUBE y solicitó la declaración de su empleador. Ambas pruebas resultaron clave para esclarecer el caso.
El jefe del hombre confirmó que trabajó toda la jornada, de 7 a 16 horas, y los registros de su tarjeta SUBE coincidieron con los horarios de viaje que declaró. “Todo lo que dijo se comprobó: él mismo entregó la SUBE para que se verificaran los movimientos. Tiene un trayecto largo, de más de dos horas, y está acreditado que fue a trabajar”, explicó su abogado, Marcelo Chumbita.
Además, las autopsias revelaron que la mujer murió alrededor del mediodía por un disparo en el tórax, mientras que el niño agonizó durante varias horas y falleció más tarde. Esa diferencia en los horarios fue determinante para confirmar que el padre no estuvo presente en la casa al momento del ataque.
En el lugar del hecho trabajó personal de Policía Científica, que encontró dos armas de fuego: un revólver calibre .22 sobre la cama, con dos vainas servidas y un proyectil intacto, y un revólver Colt calibre .38 sin municiones, guardado en un ropero. También se secuestraron los teléfonos celulares de las víctimas y dos cartas escritas a mano por la mujer.
En las cartas, M.A.L. explicó los motivos que la llevaron a tomar la drástica decisión. Según fuentes judiciales, padecía un cuadro depresivo severo, con antecedentes familiares de enfermedades mentales y al menos un intento de suicidio en su juventud. Desde el entorno familiar señalaron que la mujer atravesaba una situación emocional muy delicada, agravada por la dificultad de cuidar a su hijo, diagnosticado con un trastorno del espectro autista.