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“El agua es un derecho, no una promesa”: el reclamo de Nadia Gómez desde Las Trancas
La representante de la comunidad Huarpe del territorio del Cuyum, denunció la falta de respuestas del gobierno sanjuanino ante el pedido por el acueducto Encón–Las Trancas. A seis meses de haber presentado un pronto despacho sin respuesta, insistió en que garantizar el agua en la zona no es un gesto solidario: es una deuda estructural y política.
Este sábado 4 de octubre, la campaña solidaria “Unidos por el Agua” llegó hasta Las Trancas, el último distrito en el tramo final de la cuenca del Río San Juan, en el sureste provincial. Allí, además de acercar donaciones recolectadas durante semanas, organizaciones sociales y referentes de pueblos originarios visibilizaron un reclamo que lleva décadas: el acceso al agua como derecho humano.
Entre las voces que se alzaron estuvo la de Nadia Gómez, integrante del territorio Huarpe del Cuyum y del Centro Cultural Coaxa Utu, quien participó de la jornada denunciando la situación de abandono de las comunidades de la región. “Vinimos a visibilizar la gran problemática que vive la gente del sureste de San Juan. Hoy se sobrevive en condiciones extremas, con temperaturas altísimas y sin agua segura”, afirmó.
Gómez remarcó que la zona transita un proceso de desertificación aguda, producto de la mala gestión histórica del agua y el abandono de las Lagunas de Guanacache, que dejaron de recibir el agua del río San Juan. Esta situación ha afectado profundamente a los ecosistemas, a las economías rurales y al modo de vida de las comunidades originarias.
Seis meses sin respuesta: la obra que no llega
Uno de los reclamos centrales de la jornada fue la construcción del acueducto Encón–Las Trancas, una obra largamente prometida por los gobiernos provinciales y nunca concretada.
Gómez señaló que desde las comunidades se han hecho reiteradas presentaciones formales. “Hace seis meses presentamos un pronto despacho para exigir la construcción del acueducto, y hasta el día de hoy no hay respuesta”, denunció. Lo más grave, destacó, es que la obra está planificada y reconocida oficialmente dentro del plan de “obras estratégicas 2030”.
“Esto no es solo una necesidad técnica, es una cuestión de voluntad política. Los funcionarios tienen una responsabilidad, y nosotros lo venimos diciendo desde hace años: necesitamos una solución definitiva”, expresó la representante huarpe.
Agua para vivir, caudal para la tierra
Nadia Gómez también remarcó que el problema no es solo humano: el ecosistema entero está colapsando por la sequía. La exigencia incluye garantizar el caudal ecológico del Río San Juan, que debería llegar naturalmente hasta las Lagunas de Guanacache. “Sin agua, se pierde todo: el monte, los animales, la identidad de nuestros territorios. Es un daño cultural, ambiental y social”.
Desde su mirada como integrante de un pueblo originario, insistió en que el agua no puede seguir siendo una promesa, ni un recurso para administrar según conveniencias. “El agua es un derecho, y acá se está violando ese derecho todos los días”, sostuvo.
Una entrada a la provincia, una postal de abandono
Gómez también apeló a la dimensión simbólica y estratégica del territorio. “Esta zona es una de las entradas a la provincia. Es lo primero que ve un turista. ¿Qué imagen queremos dar?”, preguntó. Y concluyó: “Si ni siquiera en nuestras fronteras podemos garantizar derechos básicos, ¿de qué desarrollo hablamos?”.
A pesar del dolor y la postergación, Nadia destacó la participación activa de la comunidad sanjuanina en la jornada, especialmente de la juventud, y reafirmó el compromiso de su territorio y del Centro Cultural Coaxa Utu para continuar con la lucha. “Vamos a seguir insistiendo porque el agua nos interesa a todos. La defensa del agua es la defensa de la vida”.