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El ayuno intermitente, una tendencia que crece con sus ventajas y desventajas
En la búsqueda por perder peso rápidamente, sobresale el ayuno intermitente. De qué se trata esta tendencia y cuáles son las ventajas y desventajas
Por Sol Manzano
En los consultorios de los nutricionistas, uno de los requerimientos especiales para poder bajar de peso de forma rápida es el ayuno intermitente. Cada vez más sanjuaninos se suman a esta tendencia que toma fuerza en el mundo de la salud alimentaria, ya que tiene beneficios visibles de forma rápida, aunque también tiene sus desventajas. La nutricionista Victoria Menín aconsejó cuáles son las medidas que se deben tomar en la previa a iniciar con este ciclo de alimentación que requiere principalmente de mucha fuerza de voluntad.
En diálogo con el programa Te lo Tengo que Decir, emitido de lunes a viernes de 7 a 10 por HUARPE TV (19.2 TDA), la nutricionista mencionó que se debe realizar una serie de estudios para conocer el estado del cuerpo y de esa forma, poder llevar adelante esta dieta que es tan restrictiva y exigente. En el caso de no realizarla con todos los cuidados necesarios, se puede generar un efecto rebote, que le hará subir peso a la persona. “Ha tomado mucha importancia, se ha puesto muy de moda esto y mucha gente la realiza sin consulta previa, lo cual no es lo recomendado”.
“Son periodos de ayuno que se complementan con otros tramos de ingesta. Puede variar, no siempre consta en la misma cantidad de horas. Por lo general, son 16 horas de ayuno y ocho de ingesta equilibrada. Esto se complementa con las horas de sueño, por lo que no se agrava tanto el lapso sin ingerir alimentos. El momento ideal para dejar de comer es sobre las 20 y, a media mañana, retomar la ingesta”, detalló.
Menín explicó que la forma correcta para iniciar con esta dieta especial es realizarse una evaluación de composición corporal, sumado a estudios de hemograma. El primero de ellos consta de “un estudio de bioimpedancia eléctrica, que maneja una corriente que pasa a través de los líquidos corporales y cuando llega a la grasa da un efecto de rebote, entonces ahí podemos calcular cuánto porcentaje de grasa se tiene, si está deshidratado, cuánto músculo hay, entre otros aspectos”.
“Lo ideal es hacerse un hemograma completo también. Realizarse un estudio de la sangre para ver cómo están los glóbulos rojos, si el paciente tiene anemia, cómo está el colesterol, triglicéridos, glucemia. Básicamente, hacerse todos los estudios que descarten algún tipo de carencia para concretar el ayuno intermitente”, indicó.
Beneficios y desventajas
Entre los pro de este patrón de alimentación, la profesional explicó que se promueve a la autofagia. “Al tener periodos de descanso donde el sistema digestivo funciona al mínimo, las células malas del cuerpo se comienzan a comer entre sí, permitiendo que proliferen nuevas células buenas. Es un proceso de desintoxicación del cuerpo”, dijo.
En contraposición a ello, los efectos negativos son más visibles. Se trata de las alteraciones al cuerpo producto de no estar preparado psicológicamente. “El famoso atracón”, como se lo suele llamar, se puede producir al no comer de forma equilibrada y correcta. Esto, puede desembocar en un efecto rebote, produciendo un aumento considerable del peso, o incluso en la pérdida de músculo, en vez de grasa.
“Es muy importante consultar y que el profesional elabore un plan de comidas para estas horas, ya que tiene que variar en cantidad, calidad de nutrientes y selección de tipos de comida. Si no tengo una cantidad importante de grasa en mi cuerpo, no es recomendable el ayuno, porque se puede llegar a perder kilos en músculo y no en grasa, lo cual es un problema para regenerarlos”.
Un ayuno intermitente más exigente
Otra de las opciones es un patrón de alimentación que consta de una ingesta normal de cinco días y una mínima de dos días, que no supere las 500 calorías diarias. Esta alternativa es un poco más extrema y requiere de mucha más conducta y disciplina a la hora de alimentarse.
“Se debe ingerir el mínimo de calorías necesarias para el gasto básico del organismo que es entre 500 o 600 calorías. Uno de los efectos negativos es que no se puede aguantar la ingesta mínima y eso lleva a un atracón. Es muy importante mentalizarse en que esto va a resultar un esfuerzo y debe ser monitoreado por un médico o nutricionista capacitado”, concluyó.