El boom de los probióticos comenzó a desplazar a las dietas para bajar de peso

Desde 1974, cada 11 de agosto se conmemora el Día del Nutricionista, una jornada especial para celebrar a los profesionales de salud encargados de cuidar la alimentación. En torno a este día DIARIO HUARPE consultó a una profesional del área, quien detalló los cambios de tendencias y las costumbres que aún se mantienen. Sin embargo, resaltó que, en San Juan, sin dudas empezó a verse un cambio en los paradigmas que se creían muy arraigados a la hora de hablar de nutrición.

Agosto es el mes en el que comienza una curva ascendiente de pacientes que llegan a las nutricionistas en busca de “recetas mágicas” que les ayuden a llegar en forma al verano. Ese cúmulo de consultas es liderado con mujeres, que llegan a ocupar el 70% de los turnos. Así lo destaca la nutricionista Cintia Carranza (Matrícula Profesional 515), quien resaltó que, si bien las edades y los motivos son variados, la gran mayoría busca perder los kilos que ganó en el periodo otoño-invierno.

“Cuando llega el frío consumimos alimentos más calóricos y no nos movemos tanto. Hacer ejercicio físico es todo un desafío y al estar más abrigados no notamos que ganamos peso. Cuando empiezan los primeros días cálidos de agosto, empezamos a prescindir de algunas prendas y nos descubrimos más pesados. Es ahí cuando el paciente busca ayuda para recuperarse y llegar en forma al verano”, dijo la profesional.

Pese a esto, hay un cambio de hábitos encabezado por el grupo etario comprendido entre los 20 y los 40 años, que son quienes apuntan más que a las restricciones a la disciplina. Carranza lo explicó de la siguiente manera: “Hay personas que llegan en agosto y piden un plan de alimentación y se anotan con pase libre al gimnasio. Eso muchas veces se mantiene por muy poco tiempo, porque cansa estar en restricción y tener que ir al gimnasio por obligación. Por eso es que hay que apuntar a la disciplina. Al cambio de hábitos. Comer sano y bien todos los días, sin tener periodos restrictivos y hacer ejercicio físico tres veces por semana. Eso, sostenido en el tiempo, deja de sentirse como una obligación y pasa a ser parte del cuidado permanente de nuestra salud”.

A esa nueva forma de ver la nutrición, se le suma la búsqueda de incorporar en la alimentación los probióticos, palabra que parece haberse puesto de moda, pero que a para los especialistas de todas las áreas de la medicina es tan importante.

A la hora de hacer referencia a los probióticos, Carranza resaltó que: “son los bichitos que cuidan a nuestro intestino. A nuestra flora intestinal. Están en nosotros, pero hay que alimentarlos para que se reproduzcan. Eso lo logramos consumiendo alimentos como yogur, kéfir, chucrut y combucha. Pero también los podemos reproducir comiendo verduras y frutas. Es decir, una alimentación que apunte a lo natural. Los resultados, además de que nuestros intestinos y nuestros órganos estén sanos, vamos a lograr un impacto hasta en nuestro sistema neurológico”, explicó la especialista.

Durante la entrevista, Carranza destacó que gracias a las tareas de concientización que se vienen haciendo desde el área, han empezado a derribarse los estereotipos de cuerpos perfectos o estereotipados y se apunta a los hábitos saludables, que se comparten en familia y que además dan como resultados un impacto directo en la salud física y psíquica de los pacientes.