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El desafío de mantener vivo el folclore en San Juan
En su día, el folclore argentino se reinventa y San Juan equilibra tradición e innovación para asegurar la vigencia de su patrimonio.
POR REDACCIÓN
Este 22 de agosto, Argentina celebra el Día del Folclore, una conmemoración que rinde homenaje a la cultura popular y las tradiciones que definen la identidad nacional. La fecha se estableció en honor a Juan Bautista Ambrosetti, considerado el “padre de la ciencia folclórica argentina”, cuyo nacimiento un 22 de agosto de 1865 marcó un hito en el estudio sistemático del patrimonio inmaterial del país. Este día invita a reflexionar sobre el presente de una expresión artística que, lejos de ser un vestigio del pasado, se encuentra en un constante proceso de transformación y adaptación.
En este contexto, la provincia de San Juan emerge como un escenario crucial para entender los desafíos y la vitalidad del folclore en el siglo XXI. La música tradicional sanjuanina, arraigada en la tonada única e inconfundible que la caracteriza, enfrenta una encrucijada entre la preservación de su esencia y la necesidad de evolucionar. Un acalorado debate ha surgido entre quienes defienden un purismo apegado a las formas originales y una emergente "legión de jóvenes" que, sin desconocer la tradición, fusiona los ritmos cuyanos con géneros modernos como el rock y la cumbia.
Esta tensión es, paradójicamente, una señal de salud y de relevancia del género. El folclore en San Juan no está estancado; sus nuevas composiciones han ampliado su contenido lírico, pasando de la nostalgia del paisaje a abordar temas contemporáneos como conflictos sociales y la historia reciente. Esta expansión temática permite que la música resuene con las nuevas generaciones, que la aprecian no solo como un arte, sino como un amuleto, especialmente para aquellos que se trasladan lejos de su tierra.
Para asegurar la continuidad de este patrimonio, diversos actores locales han implementado estrategias multifacéticas. El gobierno de San Juan, a través de sus Ministerios y teatros, legitima y visibiliza la expresión cultural con festivales y programas de formación que fomentan su estudio. La Universidad Nacional de San Juan contribuye activamente, mediante proyectos de investigación que rescatan y archivan partituras de referentes históricos como Hilario Cuadros y Buenaventura Luna, estableciendo así la base del conocimiento para los futuros intérpretes.
Sin embargo, el motor más poderoso de esta renovación es la sinergia intergeneracional. La colaboración entre artistas consagrados, como Inti Huama y Raúl de la Torre, y los jóvenes talentos es considerada vital para el relevo. Estos encuentros se asemejan a un "nuevo fogón" moderno, donde el saber se transmite en vivo y se fortalece el sentimiento de pertenencia. El papel de las plataformas digitales, como YouTube y TikTok, ha sido fundamental al funcionar como un nuevo escenario, democratizando la difusión y permitiendo que la audiencia se convierta en co-creadora del género.
En definitiva, la crónica del folclore sanjuanino en su día no es la de una herencia que se desvanece, sino la de una tradición que se apropia de su tiempo. Su futuro no depende de una conservación inflexible, sino de una política cultural que apoye la innovación sin estigmas, y que aproveche las herramientas digitales para que el "manantial de arte" de la provincia siga fluyendo con fuerza hacia las generaciones futuras.