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Por qué algunas personas no disfrutan la Nochebuena ni Navidad según la psicología
Expertos explican que el desagrado por estas fechas puede estar ligado a experiencias familiares, recuerdos dolorosos o expectativas sociales que generan estrés y tristeza.
POR REDACCIÓN
La Navidad y la Nochebuena suelen representarse como momentos de alegría y unión familiar, pero para muchas personas estas fechas pueden ser fuente de estrés, tristeza o rechazo. La tensión entre la expectativa social y la experiencia personal negativa es más frecuente de lo que se piensa, según especialistas en salud mental.
La doctora Soledad Dawson, psicóloga experta en vínculos familiares y directora de la Maestría en Vínculos y Familias de la Universidad Hospital Italiano, explicó que no gustar de la Nochebuena no implica algo especial, sino que puede estar relacionado con recuerdos o tradiciones familiares. “La Nochebuena se asocia más que el Año Nuevo a compartir con la familia, lo cual puede despertar emociones complejas y reactivas”, señaló.
Dawson destacó que situaciones familiares difíciles, como la imposibilidad de reunirse, la ausencia de miembros importantes o el cuidado de personas enfermas, pueden convertir la celebración en una experiencia de aislamiento y soledad. “Cuando todo a nuestro alrededor es algarabía y festejo, eso puede generar sensaciones de angustia y tristeza que afectan cómo percibimos la Nochebuena”, agregó.
Además, mencionó que familias con conflictos o aquellas donde alguien trabaja en servicios de urgencia, como médicos o bomberos, suelen vivir ausencias durante estas fechas. También en hogares que no celebran por motivos religiosos, las generaciones más jóvenes pueden sentir que la Nochebuena carece de sentido o alegría.
“Cuando la expectativa de un festejo no se cumple, puede surgir rechazo hacia la Nochebuena, sin considerar que se pueden crear otras experiencias”, concluyó la especialista.
Patricia O’Donnell, psiquiatra y psicoanalista, recordó dos figuras clásicas que ilustran este malestar navideño: Ebenezer Scrooge y El Grinch. En ambos casos, la Navidad se vuelve insoportable porque reactiva carencias emocionales como amor, pertenencia y lazos importantes, junto con sufrimientos pasados como abandono y soledad.
La experta resaltó que estos cuentos también muestran que el cambio es posible mediante la aceptación y el perdón. “El espíritu navideño, más allá de lo religioso, reside en la unión, el amor, la generosidad y la gratitud, que es antídoto para la envidia”, afirmó.
Por su parte, Ana Hulka, coordinadora del equipo de Grupos, Familia y Pareja del Servicio de Psiquiatría del Hospital Italiano, explicó que diciembre no solo activa emociones relacionadas con el cierre del año sino también duelos por pérdidas diversas, como seres queridos, tradiciones, o cambios familiares que afectan los rituales.
Desde el Hospital Italiano y su Universidad, se recomiendan aprovechar estas fechas para revisar vínculos, promover conversaciones honestas y construir celebraciones que se ajusten a las necesidades emocionales de cada persona.
Para quienes no disfrutan las fiestas, la doctora Dawson aconseja no sentirse fuera de lugar ni discriminados. Reconoce que no todos gustan de reunirse en grandes grupos o seguir rituales tradicionales, y sugiere buscar alternativas para pasar las fiestas.
Entre las opciones recomendadas se encuentran programar viajes, organizar encuentros con amigos que compartan sentimientos similares o participar en actividades solidarias, como colaborar con comedores comunitarios. También propuso disfrutar de actividades individuales, como ver series o películas en plataformas de streaming.
“Si uno puede elegir, es mejor hacer lo que realmente desea y evitar situaciones que generen malestar, tanto para sí mismo como para el entorno”, concluyó Dawson. Priorizar el bienestar emocional durante las fiestas contribuye a cuidar la salud mental propia y la de quienes nos rodean.