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Comunidad > Acusados de lo que combaten

Familia de Las Trancas denuncia persecución tras ser acusada de caza furtiva

La familia Morales, histórica protectora del ambiente en la zona de Las Trancas, fue denunciada por caza furtiva y sufrió un allanamiento por parte de la Policía Rural. Su versión apunta a un malentendido, una injusticia y una sospechosa denuncia anónima que podría esconder otras intenciones.

16 de junio de 2025
En el allanamiento, secuestraron dos ejemplares vivos de ñandú, un huevo de la misma especie, una boleadora, dos cuchillos y un cuero de gato del monte.

La tranquilidad de la vida rural de una familia de Las Trancas, en el departamento 25 de Mayo, se vio abruptamente interrumpida el pasado miércoles 11 de junio. Lorenzo Ángel Morales, un joven de 19 años, fue detenido por personal de la Unidad Rural N.º 4 bajo la acusación de caza furtiva, tras una denuncia anónima que su familia no logra entender. "Todavía no podemos procesar qué hay detrás de todo esto", expresó a DIARIO HUARPE Flavia Noelia Morales, productora caprina de la zona y madre del joven.

La familia Morales, dedicada a la cría de cabras y ovejas, sospecha que la denuncia puede provenir de alguien con resentimiento, quizás por su constante lucha contra los verdaderos cazadores furtivos a quienes persiguen y corren del lugar donde viven, o por sus reiteradas denuncias sobre la falta de obras para que los abastezcan de agua potable a todos los puesteros de la zona. En este sentido Flavia Morales es categórica: "Nosotros no somos cazadores furtivos, al contrario, los perseguimos. Y si con esto pretenden callarnos para que no sigamos persiguiéndolos o reclamando por el agua, se equivocan, porque no les tenemos miedo".

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Pruebas "Irrisorias" para una familia ganadera

El allanamiento, ordenado por el Juzgado de Paz de 25 de Mayo, culminó con el secuestro de dos ejemplares vivos de ñandú (Rhea americana), un huevo de la misma especie, una boleadora, dos cuchillos y un cuero de gato del monte. Daniel Terussi, abogado de la familia Morales desde hace más de 30 años, manifestó su incredulidad ante las supuestas "pruebas".

"¿Ustedes se dan cuenta qué armas se encontraron en el allanamiento? Dos cuchillos de cocina y una boleadora que es un patrimonio histórico de la familia…", cuestionó Terussi.

Para el letrado, es "increíble que el personal de la Policía Rural, con la experiencia que ellos tienen, hayan considerado esas pruebas en esta causa, sin asociar que la vivienda que allanaron, es de una familia puestera que se dedica a la cría de cabras y ovejas". Esta incongruencia es el centro de la defensa.

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Guardianes de la tierra: una cosmovisión originaria

La familia Morales no solo se dedica a la ganadería; su vínculo con la tierra va más allá. Daniel Terussi afirma que son protectores del lugar donde habitan, ya que su cosmovisión es originaria.

"El sitio donde viven es una reserva huarpe, y sus miembros, incluyendo a Lorenzo, viven en comunión con la tierra. Ellos no son los que depredan ni cazan. Es una familia que aman los animales y viven en comunión con ellos y el entorno", dijo el letrado.

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Esta profunda conexión desmiente, según Terussi, cualquier intención de dañar la fauna. Para ellos, lo sucedido no solo es un "daño económico sino moral", y acusan de "injusto" señalar a "un joven tan sano como es Lorenzo, que ayuda a su madre en el pastoreo del ganado que tienen".

La verdad detrás de cada "evidencia"

Flavia Noelia Morales desgranó la historia de cada objeto incautado, demostrando la falsedad de la acusación. La boleadora, lejos de ser un arma de caza furtiva, era de su abuelo, quien nació y vivió hasta que murió en el lugar. El cuero de gato del monte, es un objeto "seco de hace años", un regalo del padre de los chicos cuando eran niños.

Pero el punto más emotivo de su relato son los ñandúes. Los tres ejemplares que la Policía Rural "rescató" son, en realidad, animales que la familia "cuidó y crio libremente desde el 2023".

Foto del 2023, cuando los ñandúes eran pichones.

Noelia contó que los encontraron, siendo "seis ñandúes bebés", en el campo tras hallar a sus padres "muertos por cazadores". Los llevaron a su casa para protegerlos de los zorros, y los criaron "sin tenerlos en jaulas y corral". Hace unos meses, tres de ellos regresaron al campo, pero los otros tres "todavía están con nosotros porque están encariñados y nosotros con ellos. Son parte de nuestra familia como los gatos, los perros, los caballos y gallinas que tenemos… Nosotros no vemos a los animales como los ven los de la ciudad", concluyó Flavia, destacando la profunda diferencia cultural.

Uno de los ñandú, el más cariñoso, en la mesa familiar de los Morales.

Un procedimiento "sospechoso" y las graves consecuencias

Las implicaciones de esta acusación son serias. De comprobarse la contravención, la familia enfrentaría una "elevada multa" y, de no poder pagarla, Lorenzo podría ser arrestado por 30 días, lo que representaría un duro golpe para una familia rural que solo depende de sus actividades de pastoreo.

Daniel Terussi no dudó en calificar el accionar policial como un procedimiento irregular. “Para mí es sospechoso y hasta parece armado", sentenció el abogado.

La familia Morales ahora espera los tiempos de la justicia para presentar su descargo, con la esperanza de que prevalezca la verdad sobre lo que consideran una flagrante injusticia.

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