Política > Golpe a la reforma
Francos reconoció una derrota en diputados y apuntó al kirchnerismo
El jefe de Gabinete vinculó los resultados de la Cámara Baja con el clima preelectoral, justificó el ajuste y sostuvo que cambios urgentes en la legislación laboral y tributaria son clave para la recuperación económica.
POR REDACCIÓN
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reconoció abiertamente el fracaso del oficialismo en la última sesión de la Cámara de Diputados, donde se aprobaron iniciativas opositoras y se rechazaron cinco decretos del Poder Ejecutivo. Durante una entrevista radial, el funcionario atribuyó los resultados negativos a una estrategia del kirchnerismo que, según su visión, aprovechó el contexto preelectoral para sumar apoyos de otras fuerzas políticas y promover medidas populistas.
La sesión parlamentaria resultó particularmente adversa para el gobierno, que vio aprobarse proyectos como el aumento de fondos universitarios, la declaración de emergencia en pediatría y mecanismos para reforzar el financiamiento provincial. Paralelamente, el oficialismo perdió la votación sobre varios decretos presidenciales, lo que Francos calificó como un retroceso en el programa de reformas.
Desde el Ejecutivo se argumentó que estas decisiones legislativas responden más a cálculos políticos que a necesidades reales del país. Francos presentó cifras sobre la evolución de la deuda pública para sustentar su postura, señalando que el kirchnerismo habría sido responsable del mayor crecimiento del endeudamiento en las últimas décadas, mientras que la actual administración habría logrado reducirla parcialmente.
Ante este escenario, el gobierno anunció que recurrirá al veto presidencial para bloquear las iniciativas aprobadas que consideren contrarias a su plan económico. Esta estrategia se enmarca en un conflicto institucional más amplio, donde el Ejecutivo insiste en la necesidad de reformas estructurales, particularmente en materia laboral y tributaria, que según su diagnóstico permitirían reactivar el empleo formal.
Francos vinculó directamente la actual situación social con el marco normativo heredado, argumentando que las protestas por falta de trabajo deberían dirigirse al Congreso para exigir cambios legislativos. El tono de sus declaraciones refleja la tensión creciente entre los poderes del Estado en un año electoral, donde cada decisión política adquiere dimensiones estratégicas.
El balance final de la sesión parlamentaria muestra un gobierno que, pese a controlar el Poder Ejecutivo, enfrenta crecientes dificultades para imponer su agenda en un Congreso donde la oposición demostró capacidad de articulación. Este escenario anticipa meses de intensa puja política, con el Ejecutivo amenazando con usar todas las herramientas a su disposición para contener lo que considera un avance de medidas populistas que comprometerían el ajuste fiscal.