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Yo construyo > Anhelo vs realidad

IA y arquitectura, herramientas de inspiración, no de reemplazo

Los arquitectos incorporaron la IA como un asistente en el proceso creativo, pero su uso generó falsas expectativas en los clientes y planteó desafíos éticos y funcionales. La arquitecta Laura Rocamora explicó el alcance y las limitaciones de esta tecnología.

POR REDACCIÓN

Hace 4 horas
Durante su participación en el segmento "Yo Construyo", la arquitecta Laura Rocamora fue entrevistada por la conductora Ana Paula. Foto: DIARIO HUARPE.

En el segmento Yo Construyo del programa Yo Te Invito transmitido por HUARPE TV (TDA 19.2), la especialista Laura Rocamora abordó la creciente influencia de la inteligencia artificial en el campo de la arquitectura, donde expresó que, "el uso de la IA se ha vuelto inevitable y ya nos atraviesa en absolutamente todos los aspectos laborales". No obstante, aclaró que, por el momento, la tecnología funciona principalmente como una herramienta, una "asistente" o una "ráfaga de inspiración".

"Los arquitectos han implementado estos sistemas inteligentes en la primera etapa del proceso de diseño. Por ejemplo, utilizaron programas como ChatGPT para elaborar el programa de necesidades de un proyecto, basándose en la descripción del cliente y sus requerimientos. Sin embargo, cuando intentaron que la herramienta generara un plano funcional a partir de esa información, el resultado fue insatisfactorio. Además, Rocamora afirmó que los planos creados por la IA "hacen agua por todos lados", ya que no consideraron las normativas, las medidas técnicas ni otros aspectos esenciales para la construcción".

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Falsas expectativas y dilemas éticos

El uso de la IA para generar imágenes futuristas y de alto impacto ha creado una brecha entre la expectativa del cliente y la realidad del proyecto. La arquitecta explicó que muchas veces los clientes se presentaron en el estudio con imágenes fantásticas creadas por IA, sin darse cuenta de que los materiales o los diseños presentados eran imposibles de conseguir o de replicar en la realidad. "Lo que genera en el público en general es como una falsa expectativa", señaló, ya que los clientes "ven estas imágenes que son fantásticas, monumentales, superfuturistas, unos diseños impresionantes".

Además de las limitaciones técnicas, el uso de la IA también planteó un dilema ético. Rocamora mencionó el riesgo de la copia literal de diseños. Si bien el uso de estas herramientas para inspirarse es válido, aplicar un diseño creado por los sistemas inteligentes sin modificaciones o adaptaciones podría considerarse un acto de plagio. "Ahí entra en este conflicto ético", puntualizó, ya que surge la pregunta de "de quién es la autoría", si del arquitecto que dio las indicaciones o de la IA que generó el diseño.

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El rol irremplazable del ser humano

A pesar del avance tecnológico, la arquitecta Laura Rocamora enfatizó que "la inteligencia artificial aún no reemplazó la "parte humana" de la profesión. El conocimiento del cliente, la empatía para entender sus necesidades reales y la capacidad para adaptar un proyecto a las reglamentaciones y a las características específicas del entorno son aspectos que, por ahora, solo puede ofrecer un profesional". También, advirtió sobre los riesgos de intentar reemplazar al arquitecto con una aplicación, ya que en la construcción "un pequeño error son millones" en costos.

En este contexto, la IA se consolidó como una herramienta que acelera el proceso creativo, brindando ideas y propuestas visuales de manera rápida. Rocamora sugirió que el futuro de la arquitectura se encuentra en la colaboración entre la inteligencia artificial, para la inspiración inicial, y el arquitecto, para la creación y ejecución de proyectos coherentes, funcionales y adaptados a la realidad.

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