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¡Imágenes impactantes! El Everest expone su lado más crudo con cadáveres y huellas del paso humano
El Monte Everest, símbolo máximo del desafío humano contra la naturaleza, está mostrando un rostro inquietante.
Por Mauro Cannizzo 30 de mayo de 2025
El Monte Everest, símbolo máximo del desafío humano contra la naturaleza, está mostrando un rostro inquietante. A medida que el cambio climático acelera el derretimiento de sus glaciares, comienzan a emerger restos humanos y basura acumulada durante décadas. Lo que alguna vez quedó sepultado por capas eternas de nieve, hoy asoma a la superficie como un recordatorio tangible del precio de la conquista. Escaladores y guías tropezan cada vez más con escenas desoladoras: mochilas congeladas, manos ennegrecidas, y cuerpos congelados que relatan silenciosamente historias de sueños truncos.
Esta nueva realidad está empujando al ejército de Nepal a actuar. En los últimos meses, se han desplegado operativos para recuperar cuerpos y limpiar toneladas de residuos dejados por expediciones pasadas. Sin embargo, no todo puede rescatarse. Muchos cadáveres están profundamente incrustados en el hielo o son demasiado frágiles para ser movidos. En paralelo, el aumento de la conciencia global ha generado presión para implementar medidas que mitiguen tanto el impacto ambiental como los riesgos humanos en la montaña más alta del mundo.
El paisaje del Everest se ha transformado en un museo trágico a cielo abierto. Algunos cuerpos han llegado a convertirse en puntos de referencia para los alpinistas. “Botas Verdes”, uno de los más célebres, yace junto a la ruta noreste desde 1996. Su figura marcaba el paso de la mitad del trayecto hacia la cima. Otros, como “El Saludador” o “La Bella Durmiente”, son recordatorios mudos de que no todos regresan. El caso más controversial sigue siendo el de David Sharp, a quien se dejó morir en 2006 mientras otros escaladores seguían ascendiendo, abriendo un debate ético que aún no tiene respuesta.
Las cifras son contundentes: más de 280 personas han perdido la vida en el Everest desde las primeras expediciones modernas. Solo en los últimos tres años se han registrado más de 30 fallecimientos, muchos en la llamada “zona de la muerte”, por encima de los 8.000 metros. Allí, el cuerpo humano colapsa lentamente por la falta de oxígeno, el frío extremo y la fatiga acumulada. Recuperar un cadáver en esas condiciones no solo es logísticamente complejo, sino también extremadamente costoso, con montos que pueden superar los 80.000 dólares.
Las nuevas medidas para escalar el Monte Everest
Frente a este escenario, Nepal implementará nuevas regulaciones a partir de septiembre de 2025. Entre ellas se destacan la exigencia de experiencia previa, el aumento en el costo de los permisos, la obligatoriedad de seguros y guías, y el uso de tecnología de rastreo. Además, se eliminará el sistema de depósito por residuos y se introducirá una tasa ambiental fija, obligando a las expediciones a llevar sus propios desechos, incluidos los humanos. En una montaña que ya no puede esconder sus cicatrices, estas medidas buscan preservar su dignidad y la de quienes la desafían.