Eco Huarpe > 4° Festival Pueblos Puentes de Agua
La convicción socioambiental se refuerza en Famatina
Del 22 al 24 de marzo, Famatina se convirtió en el epicentro de la resistencia socioambiental en Argentina, al reunir a más de 30 asambleas de todo el país. El 4° Festival Pueblos Puentes de Agua fue un encuentro de reflexión y compromiso con la protección de los recursos naturales y el bienestar de las comunidades.
Tal como lo adelantó DIARIO HUARPE, durante el fin de semana largo pasado, la localidad de Famatina, La Rioja, se convirtió en el lugar de encuentro de más de 30 asambleas socioambientales provenientes de diversas provincias argentinas. Bajo el lema “Pueblos Puentes de Agua”, el festival reunió a ciudadanos comprometidos en la defensa de la naturaleza y oposición a los proyectos extractivistas que amenazan los recursos naturales del país. El evento, de tres días, sirvió para fortalecer los lazos entre las comunidades que protegen los ecosistemas fundamentales para la vida.
Un llamado a la conciencia sobre el extractivismo
Daniel Herrera, integrante de la Asamblea de Famatina, que fue la anfitriona del encuentro, expresó con contundencia: “Los argentinos y argentinas tenemos que ser conscientes que estamos ante una tercera conquista de los poderes internacionales”.
Para Herrera, los intereses económicos internacionales están destruyendo los bienes comunes de la Nación: minerales, aguas y territorios, sin considerar los graves impactos que estos proyectos tienen sobre los ecosistemas y la biodiversidad. Su mensaje fue claro: “Vienen por todo, y si no nos oponemos, nos va a llevar puesto”.
El encuentro de los pueblos del país
Como en ediciones anteriores, las jornadas de Puentes de Agua fueron intensas, sin pausas, ni distracciones, colmadas de información valiosa, de intercambios de experiencias y conocimientos, y una avalancha de emociones que oscilaron entre el dolor profundo y la conmoción por los atropellos a la naturaleza, hasta la alegría compartida en los encuentros, la música y el baile.
El festival contó con la presencia de organizaciones de Tierra del Fuego, Chubut, Río Negro, Santa Cruz, Santa Fe, Misiones, Salta, Jujuy, Catamarca, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, La Rioja, y más de 25 representantes de asambleas sanjuaninas: Barreal (Calingasta), Jáchal, Valle Fértil y la Ciudad de San Juan. Todas organizaciones comunitarias que trabajan por la protección de sus territorios en Argentina.
Sin pausas ni distracciones
Como estaba previsto, el 4° Festival Pueblos Puentes de Agua se inauguró el sábado 22 de marzo en el Alto Carrizal, en el emblemático puesto de resistencia del pueblo riojano, situado en la falda del cerro Famatina. El lugar exacto donde la comunidad, representada por cientos de almas, se plantó durante meses bajo la consigna “El Famatina no se Toca”, corriendo a las empresas mineras que ya tenían el permiso del gobierno provincial para comenzar con los trabajos de exploración.
Tras la recepción de los viajeros que iban arribando al encuentro, en el cauce del río Amarillo, se llevó a cabo una ceremonia ancestral. En ella, se agradeció a la Pacha Mama y se solicitó la protección de todos los guardianes del ambiente en el mundo, en un acto de profunda conexión con la tierra y sus elementos.
Luego, se compartió una cena comunitaria y posteriormente, se acompañó en silencio a la compañera de Fernando Berdugo, uno de los asambleístas de la primera ola de la lucha en Famatina, que recientemente falleció y pidió que sus cenizas fueran arrojadas a orillas del río, para mezclarse con la tierra y desde ahí, seguir custodiando el territorio.
La noche avanzó y entre guitarras y cantos folclóricos, se fue desvaneciendo hasta que las puertas del descanso se abrieron, dando paso a la jornada siguiente, que venía cargada de actividades en la plaza principal de la comuna riojana y en la parroquia San Pablo Apóstol. Este último lugar, también un símbolo de la resistencia famatineña, ya que la figura del cura párroco, Omar Quinteros, fue clave para sostener la lucha del pueblo en pos del ambiente, por sobre los intereses económicos.
“Mi convicción personal y mi formación franciscana, me ubicaron al lado del pueblo que clamaba por la protección y el cuidado del agua de Famatina”, contó a DIARIO HUARPE el padre Omar, quien hoy está en Traslasierras Córdoba y que por el encuentro, volvió a Famatina a compartir la experiencia. “La defensa y el respeto por la vida, en todas sus formas, debe ser el norte que debemos seguir los seres humanos. Porque, como ha dicho el Papa Francisco en la encíclica Laudato Sí, debemos cuidar y proteger a nuestra madre naturaleza, a nuestra casa común”.
Diálogo y conocimiento: talleres para la acción
Durante todo el domingo se desarrollaron una serie de talleres y debates sobre temas cruciales para las comunidades involucradas en la resistencia. Los talleres incluyeron charlas sobre el extractivismo, los territorios, la transferencia energética, los bonos de carbono, los incendios, la deforestación, y la cuestionada participación de la empresa israelí Mekorot en el manejo del agua en Argentina.
Además, se llevaron a cabo círculos de intercambio y escucha, talleres de agroecología, lecturas para niños y niñas, y una jornada cultural que culminó con la pintura de un mural y un festival musical y artístico en la plaza principal de la localidad riojana.
Compromiso con la memoria y la justicia
El evento cerró el lunes 24, comenzando con una caminata en memoria de las víctimas de la dictadura militar, como un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la justicia, sigue siendo relevante en todos los aspectos de la vida social y ambiental de Argentina. Posteriormente, se realizó la asamblea general para presentar las conclusiones y definir los pasos a seguir.
Reflexión colectiva y resistencia activa
Al final del encuentro, Guillermo Folguera, biólogo y activista socioambiental, uno de los creadores y organizador del Festival, diálogo con DIARIO HUARPE y reflexionó sobre la importancia del encuentro: “Puentes de Agua nace con algunos no muy claros, pero también con muchos sí. Por un lado, no a un proyecto de país extractivista que muestra diferentes caras: en la cordillera, la megaminería; en el centro del país, los agronegocios; en la Patagonia se combinan ambos y aparecen también los proyectos del fracking y en el mar, el offshore; los desmontes; los incendios, y así un largo etcétera. Es decir, una serie de no, que se ponen en diálogo con muchos sí. Sí, a la vida que involucre el cuidado del ambiente, el cuidado de la naturaleza, el cuidado de las comunidades, y sobre todo, sí a la elección de cómo quieren vivir las comunidades".
Según Folguera, la defensa del agua y los territorios continúa más viva que nunca en todo el país. La resistencia, lejos de ceder, sigue creciendo y encontrando nuevos aliados. “Es que estamos convencidos de que los intereses económicos no pueden seguir estando por encima de los derechos de las comunidades y del medio ambiente”, concluyó.