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La Corte Suprema dejó firme la condena a Aníbal Lotocki por lesiones
El máximo tribunal desestimó un recurso de la defensa del médico y ratificó la pena de ocho años de prisión. Las víctimas incluyen a Silvina Luna, Pamela Sosa, Estefanía Xipolitakis y Graciela Trenchi.
POR REDACCIÓN
La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó este jueves la condena contra el cirujano plástico Aníbal Lotocki, quien fue hallado culpable por causar lesiones graves a cuatro pacientes a través de prácticas estéticas irregulares. La decisión fue tomada luego de que el máximo tribunal desestimara un recurso presentado por su defensa, dejando firme la pena de ocho años de prisión.
El caso que motivó el fallo involucra a Silvina Luna, Pamela Sosa, Estefanía Xipolitakis y Graciela Trenchi, quienes se sometieron a procedimientos estéticos con Lotocki y luego sufrieron severas consecuencias para su salud. Luna falleció en agosto de 2023 tras años de complicaciones médicas, mientras que las otras tres mujeres continúan lidiando con secuelas físicas derivadas de intervenciones realizadas entre 2008 y 2015.
La Corte se enfocó en particular en el caso de Pamela Sosa, quien fue tratada en 2008 con un material de relleno que generó múltiples tumoraciones y un proceso inflamatorio crónico. También se consideraron otros antecedentes, como el de Graciela Trenchi, quien en 2015 recibió una sustancia inyectable bajo la falsa promesa de un tratamiento con hilos tensores. En 2014, Estefanía Xipolitakis fue víctima de un procedimiento similar, y en 2011 Silvina Luna fue intervenida quirúrgicamente por el médico con consecuencias que afectaron gravemente su salud renal.
Lotocki actualmente permanece detenido en el Complejo Penitenciario Federal N.º 1 de Ezeiza, aunque esa prisión corresponde a una causa diferente: la muerte de Rodolfo Christian Zárate, ocurrida en 2021 tras una intervención estética que también estuvo a su cargo.
Con este fallo, la Corte Suprema ratifica la responsabilidad penal del médico en una causa que generó amplia repercusión pública y abrió el debate sobre la regulación de prácticas estéticas en Argentina. Las víctimas, por su parte, habían reclamado durante años justicia, y ahora ven una instancia judicial que sienta un precedente relevante.