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Los fanáticos de los vehículos a escala mostraron sus tesoros en San Juan
Durante fin de semana se realizó la expo “Locuras en escala”, dónde los fanáticos en San Juan de los vehículos a escala mostraron sus tesoros. Cómo se vive este hobby que cada vez gana más adeptos.
POR REDACCIÓN
Los adultos miran los vehículos que parecen juguetes, pero no lo son, los tocan con cuidado, hasta con afecto. Los chicos, por su parte, los miran maravillados al ver los más pequeños detalles. Pero todos, sin importar la edad, miran fascinados los cientos de vehículos a escala que se exhibieron en una nueva edición de la Expo Locuras en Escala en San Juan, que se realizó en el SUM de la escuela EPET N.º 5, de Capital.
Mauricio Kaplan, uno de los miembros Club Locuras a Escala, explicó a DIARIO HUARPE que este grupo organiza dos expo cada año. En este 2024, la primera fue en abril y este fin de semana se realizó el segundo encuentro, que contó con entrada libre y gratuita.
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Kaplan contó que el club nació en 2017 con un reducido grupo de amigos, quienes comenzaron a reunirse para compartir su pasión por todo tipo de vehículos a escala. Con el tiempo se fueron consolidando y actualmente cuentan con más de 150 miembros, de los cuales unos 50, en promedio, participan de las exposiciones que se organizan en San Juan y también viajan para participar de encuentros en otras provincias.
El coleccionista agregó que en la edición de este fin de semana hubo 42 expositores, a los que se sumaron 10 stands de venta. Además, participaron personas que llegaron de Mendoza y Córdoba. Estos estuvieron exponiendo y vendiendo sus modelos a escala.
En los mesones de la muestra se podía encontrar de todo. Desde motocicletas, autos, camiones, hasta aviones y helicópteros, réplicas de modelos que intervinieron en diferentes conflictos armados. Los expositores en su mayoría eran adultos que vienen coleccionando desde que eran chicos.
"Son pocos, pero algunos chicos se van animando a sumarse a esta pasión e incluso se han animado a exponer", contó el coleccionista.
Al recorrer la muestra, cada expositor daba detalles de los vehículos que exhibían y más de uno le dedicó varios minutos para explicar en detalle cuál es su elemento de colección más preciado, que podía ser desde un auto muy antiguo o una réplica de una nave de guerra.
En el caso de Kaplan era un pequeño camión azul de más de 60 años. Otros, como Carlos De Oca, consideraron que su tesoro era una réplica de una nave que intervino en la guerra de Vietnam, tratándose de un F-105 ThunderChief, muy recordado porque la gente de ese tiempo aseguraba que tenía forma de una botella de Coca Cola.
Fueron muchas las familias completas que recorrieron la muestra y que escucharon las historias de cada uno de los expositores o aprovecharon para comprar alguna de las réplicas, otros, en cambio, salieron al patio de la escuela y participaron de la improvisada competencia de autos de la que participaron muchos chicos y adultos, y donde las generaciones se unieron por una misma pasión: los vehículos a escala.