Política > Continúa el conflicto
Lugones anunció aumento salarial solo para residentes del Garrahan
El ministro de Salud, Mario Lugones, confirmó una suba salarial para médicos en formación, pero dejó fuera al resto del personal del hospital. Sindicatos y asambleas denuncian una estrategia divisiva y falta de diálogo.
POR REDACCIÓN
El Hospital Garrahan volvió a ser epicentro de un nuevo capítulo en el conflicto laboral que mantiene con sus trabajadores. Este domingo, el ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, anunció un aumento salarial para los médicos residentes, que comenzará a regir el 1 de julio. Según el Gobierno, la suba se enmarca en una política de eficiencia presupuestaria que busca “recompensar el mérito” y eliminar lo que consideran “estructuras politizadas” dentro del sistema sanitario.
Lugones se refirió por primera vez al tema a través de sus redes sociales, donde escribió: “Los recursos de los hospitales deben ir al personal de salud, no a la militancia rentada”. En el mismo mensaje, detalló que la mejora salarial será posible gracias al ahorro generado por la eliminación de gastos considerados innecesarios y la implementación de un sistema de control biométrico de asistencia que ya está operativo.
De esta manera, el ingreso mensual de los residentes pasará de $797.000 a cerca de $1.300.000, sumando una bonificación que se incrementará de $200.000 a $500.000. La medida fue rápidamente respaldada por el presidente Javier Milei, quien replicó el anuncio en sus redes, consolidando la postura del Ejecutivo nacional.
Sin embargo, la decisión despertó fuertes críticas dentro del hospital. La Junta Interna de ATE advirtió que el aumento alcanza solo al 10% de los trabajadores, dejando afuera a la gran mayoría del personal de salud. “Este tipo de medidas parciales solo agravan el conflicto, en lugar de resolverlo”, afirmaron en un comunicado. También señalaron que no existe una propuesta integral para el resto de los empleados.
Por su parte, la Asamblea de Residentes manifestó su rechazo a la forma en que se comunicó el incremento y aseguró que no hubo diálogo previo con el Ministerio. Si bien valoraron el reconocimiento a sus tareas, denunciaron que el Gobierno intenta dividir a los trabajadores, desligando el aumento del contexto de protesta que atraviesan.
En un mensaje institucional, el Ministerio de Salud defendió la decisión como parte de una “transformación profunda” en los hospitales nacionales, con el objetivo de erradicar prácticas clientelistas y aumentar la productividad. “Este ajuste presupuestario no responde a medidas de fuerza organizadas por sectores kirchneristas, sino a una planificación técnica y responsable”, aseguraron.
Las tensiones se dispararon luego de que se implementara un sistema de control biométrico en el Garrahan. Según fuentes oficiales, su objetivo es detectar personal que no cumple con sus horarios. “No permitiremos más ñoquis en el hospital. El que no trabaje, será desvinculado”, expresaron desde la dirección.
El conflicto, lejos de disiparse con el anuncio salarial, parece haber tomado un nuevo impulso. Mientras los residentes debaten si aceptar la oferta, el resto del personal mantiene su plan de lucha, con paros y movilizaciones programadas. La crisis, más allá del aspecto económico, expone una disputa más profunda sobre el modelo de gestión en los hospitales públicos.