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Monseñor Lozano citó a León XIV por el 25 de Mayo
En la antesala del 25 de Mayo, Monseñor Jorge Lozano retomó un mensaje del papa León XIV para llamar a la dirigencia y a la sociedad argentina a construir un país más justo, solidario y dialogante, basado en los pilares de la Paz, la Justicia y la Verdad.
POR REDACCIÓN
En un mensaje cargado de significado en la víspera del 25 de Mayo, el arzobispo de San Juan de Cuyo, Monseñor Jorge Lozano, hizo un llamado a la "Paz, Justicia y Verdad", retomando las palabras que el Papa León XIV dirigió al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede. "A buen entendedor, pocas palabras", tituló su reflexión el prelado, instando a la dirigencia y a la sociedad argentina a una profunda autocrítica y compromiso.
El Santo Padre, en su reciente discurso del 16 de mayo, había enfatizado una "urgencia pastoral que la impulsa no a buscar privilegios sino a intensificar su misión evangélica al servicio de la humanidad". Esta misión, según el obispo, "combate la indiferencia y apela continuamente a las conciencias, como ha hecho incansablemente mi venerado Predecesor, siempre atento al clamor de los pobres, los necesitados y los marginados, como también a los desafíos que caracterizan nuestro tiempo, desde la protección de la creación hasta la inteligencia artificial".
Retomando la primera de las tres palabras, la Paz, Monseñor Lozano subrayó que esta "no es meramente la ausencia de conflictos". El Papa, explicó, "especifica al Cuerpo Diplomático con esta primera palabra, la Paz: ‘Esto exige también una sincera voluntad de diálogo, animada por el deseo de encontrarse más que de confrontarse’". En este punto, el arzobispo hizo una clara referencia a la situación argentina: "Cuánto tenemos que crecer en la Argentina para alcanzar la amistad social y promover la cultura del encuentro. Vemos con dolor que se ha vuelto moneda corriente la ofensa, la descalificación, la calumnia". Lejos de la consigna de "estar todos en la misma barca", se impulsa el "sálvese quien pueda", que empuja al "todos contra todos". "Es necesario ‘desarmar las palabras’", insistía el nuevo Papa a los periodistas, una reflexión que Lozano trae a colación.
La segunda palabra es Justicia. El obispo detalló que "procurar la paz exige practicar la justicia. Es necesario, además, esforzarse por remediar las desigualdades globales, que trazan surcos profundos de opulencia e indigencia entre continentes, países e, incluso, dentro de las mismas sociedades". En un tono crítico, el arzobispo no dudó en señalar que "el despilfarro de riquezas y lujos suntuosos es un insulto humillante para quienes carecen de agua, alimentos, educación, salud…; lo más elemental para ser respetada la dignidad humana".
Finalmente, la tercera palabra es Verdad. "No se pueden construir relaciones verdaderamente pacíficas, incluso dentro de la comunidad internacional, sin verdad", citó Lozano del discurso papal. Agregó que, desde la perspectiva cristiana, la verdad "no es la afirmación de principios abstractos y desencarnados, sino el encuentro con la persona misma de Cristo, que vive en la comunidad de los creyentes". La verdad, según el prelado, "nos permite afrontar con mayor vigor los desafíos de nuestro tiempo, como las migraciones, el uso ético de la inteligencia artificial y la protección de nuestra amada tierra. Son desafíos que requieren el compromiso y la colaboración de todos, porque nadie puede pensar en afrontarlos solo".
El arzobispo trazó un paralelismo con la Revolución de Mayo de 1810, cuando los protagonistas "dejaron la comodidad de sus casas para acudir a la convocatoria del Cabildo abierto con la consigna ‘el Pueblo quiere saber de qué se trata’". La decisión institucional, destacó, "fue madurando en la conciencia generada por la participación ciudadana".
Para finalizar su mensaje, Monseñor Lozano hizo un llamado a la acción ciudadana, trascendiendo el mero habitar un lugar. "También hoy es necesario pasar de ser simplemente habitantes que ocupamos un lugar, a considerarnos ciudadanos comprometidos con el bien común de la sociedad", enfatizó. La mirada, pidió, debe estar puesta en los más vulnerables: "Es necesario poner la mirada en los que van cayendo en el camino. Sostener a los débiles hace que seamos fuertes en el amor. Una Nación grande es la que sabe cuidar a los pequeños". Su reflexión culminó con una oración: "Pido a Dios nos ayude a construir una Patria de hermanos".