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País > Tristeza

Murió Juan Manuel Abal Medina padre, el delegado de Perón

El ex secretario general del Movimiento Peronista falleció a los 80 años.

POR REDACCIÓN

16 de junio de 2025

Juan Manuel Abal Medina (padre), periodista, abogado y político, una figura central y relevante del peronismo, falleció este domingo a los 80 años tras una lucha contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Su deceso, confirmado por su familia a Infobae, marca la partida de un actor fundamental que dejó una "huella imborrable" en el movimiento y en la política argentina. Sus restos serán despedidos este lunes en una ceremonia íntima en Recoleta.

Abal Medina (padre) fue una figura cercana a Juan Domingo Perón, desempeñándose como secretario general del Movimiento Justicialista. Su trayectoria política estuvo marcada por su designación personal por Perón a principios de los años setenta, con una misión clara y trascendental: facilitar el regreso al país del líder peronista, quien se encontraba exiliado y proscripto por 17 años. Durante su juventud, abrazó el peronismo con fervor, distanciándose de sus raíces de nacionalismo católico, y su relación con Perón se consolidó, ocupando un lugar destacado en su círculo íntimo tras el retorno del General.

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Su vida política, si bien influenciada por la trágica caída de su hermano Fernando Abal Medina, uno de los primeros de Montoneros (organización a la que Juan Manuel nunca perteneció), lo vio enfrentar el complejo desafío de conciliar las diferencias entre el ala izquierda del peronismo, representada por la juventud, y el tradicional movimiento sindical, consagrado por Perón como la columna vertebral del Justicialismo. Esta tarea, que buscaba fusionar corrientes sin fracturas, es un aspecto destacado de su carrera, aunque con resultados mixtos.

Abal Medina también dejó un legado en la documentación de la historia peronista a través de su libro “Conocer a Perón”. En esta obra, no solo documentó su estrecha relación con "el General", sino que también se propuso reivindicar la figura de Perón frente a "visiones distorsionadas o tendenciosas". Su objetivo era aclarar malentendidos, desmarcando al líder de personas y eventos que le habían sido "erróneamente atribuidos", y siempre reafirmó su "lealtad inquebrantable al pensamiento original de Perón".

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En sus últimos años, Abal Medina reflexionó sobre aquellos momentos determinantes, valorando siempre el papel crucial de sus compañeros de camino, como José Ignacio Rucci y Rodolfo Galimberti. Recordando la muerte del General Perón, expresó haber sentido "un enorme vacío", prefiriendo tomarse un tiempo antes de ver al General muerto, lo que describió como una necesidad personal de prepararse.

Firme en sus convicciones, Abal Medina atribuía el quiebre del proceso político en Argentina a los "gorilas", refiriéndose al golpe de Estado que derrocó a Perón en 1955, y a la "ilegalidad más absoluta" que se impuso, impidiendo la continuidad del proyecto peronista. Consideraba que la demora en la reconducción de este proceso por parte de Perón permitió el florecimiento de "estas cosas". Aunque criticó las "diversas intentos de hacer peronismo con otra cosa" que han desdibujado su esencia para las nuevas generaciones, como el kirchnerismo o el menemismo, creía que sus impulsores actuaron "de buena fe". Sin embargo, Abal Medina mantenía la convicción de que "el peronismo es el que puede sacar a la Argentina y que va a sacar a la Argentina", enfatizando la necesidad de "hacer peronismo" y retomar la "tarea doctrinaria" de "conocer a Perón", de ahí la importancia de su libro.

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