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Aumentaron un 13% en San Juan los casos de consumo excesivo de cannabis
Especialistas de San Juan observaron un aumento de casos de un raro síndrome gastrointestinal que provoca vómitos severos y dolor abdominal, directamente vinculado al uso crónico de cannabis.
Por Federico Mir Muñoz 12 de junio de 2025
El síndrome de hiperemesis cannabinoide (CHS), un trastorno gastrointestinal asociado al consumo prolongado de cannabis, está generando una creciente preocupación en el ámbito de la salud en San Juan. Caracterizado por episodios recurrentes de náuseas intensas, vómitos severos y dolor abdominal, esta condición vio un preocupante aumento de casos este año, aproximadamente de un 13%.
Si bien las cifras exactas para San Juan aún se están documentando con mayor precisión, la doctora Ana Grimalt, especialista en medicinas alternativas, advirtió a DIARIO HUARPE sobre una tendencia al alza que espeja lo observado en otras partes del mundo, como Estados Unidos y Canadá, donde las hospitalizaciones relacionadas con este síndrome se duplicaron entre 2017 y 2024. Este incremento se vincula, en parte, a la mayor disponibilidad y acceso al cannabis, así como al notable aumento en la potencia del mismo. Expertos señalan que, mientras que en la década de 1960 la concentración del principal componente psicoactivo (THC) oscilaba entre el 2 y el 4%, hoy puede alcanzar entre el 18 y el 35% o incluso más.
La afección presenta una paradoja médica: el cannabis, tradicionalmente utilizado para aliviar las náuseas, puede en algunos consumidores desencadenar episodios severos de malestar gastrointestinal. Los síntomas principales son los episodios recurrentes de náuseas, vómitos intensos y dolor abdominal severo. Un rasgo distintivo, que a menudo lleva a la sospecha diagnóstica, es una compulsión por tomar baños o duchas muy calientes, que los pacientes describen como la única forma de obtener alivio temporal.
La doctora explicó que “esta puede ser una condición grave que, si no se trata, puede causar complicaciones importantes”. Los síntomas "suelen manifestarse en ciclos, con períodos de intenso malestar seguidos de intervalos asintomáticos". Durante las crisis, "algunos pacientes llegan a bañarse varias veces al día buscando ese alivio".
El principal factor de riesgo para desarrollar CHS es el consumo frecuente y prolongado de cannabis, definido como el uso casi diario o varias veces al día durante años. Un estudio sobre 271 casos mostró que la edad promedio de aparición es de 30 años, el 69% de los afectados son hombres, y el tiempo medio de uso antes de que aparezcan los síntomas es de 6,6 años. Sin embargo, es crucial notar que la mayoría de los consumidores habituales no desarrollan el síndrome.
El mecanismo exacto detrás del CHS no se comprende completamente. Se cree que el sistema endocannabinoide del cuerpo, que regula funciones como la memoria y la percepción del dolor y tiene receptores en el tracto gastrointestinal, podría jugar un papel clave. Teorías adicionales sugieren un posible desequilibrio en el eje hipotalámico-hipofisario-adrenal, que maneja la respuesta al estrés, o incluso una predisposición genética. La falta de sueño y el estrés intenso también son considerados factores de riesgo. Los patrones de síntomas del CHS tienen similitudes con los del síndrome de vómitos cíclicos (CVS), un trastorno crónico con episodios recurrentes de náuseas y vómitos, pero el CHS se diferencia en que el consumo crónico de cannabis es el desencadenante.
Las complicaciones, si no se trata el síndrome son graves. Incluyen deshidratación severa y desequilibrios electrolíticos, que pueden llevar a daño renal, alteraciones del ritmo cardíaco y convulsiones. Además, los vómitos frecuentes pueden erosionar el esmalte dental y, en casos extremos, causar la pérdida de piezas.
Según Grimalt, el diagnóstico de CHS "requiere criterios específicos, como la presencia de al menos tres episodios de náuseas, vómitos y dolor abdominal en un año, cada uno de menos de una semana de duración". Fundamentalmente, se necesita que el paciente haya consumido cannabis más de cuatro días por semana durante más de un año, y que los síntomas desaparezcan tras al menos seis meses de abstinencia total.
Y agregó: "la única solución a largo plazo es la abstinencia completa del cannabis". Sin embargo, para muchos usuarios crónicos, dejar de consumir es un desafío significativo y puede desencadenar desbalances emocionales como ansiedad, irritabilidad, alteraciones del sueño y pérdida de apetito. Durante los episodios agudos, el tratamiento se centra en la rehidratación intravenosa y medicamentos para controlar los vómitos.