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¿Qué puede pasar en la barra de Rosario Central tras el crimen de "Pillín" Bracamonte?

El asesinato de Andrés "Pillín" Bracamonte y su ladero "Rana" Atardo genera un clima de incertidumbre en Rosario Central. Con el primer partido en Arroyito tras el crimen, el temor a una guerra por la sucesión de la barra brava crece, mientras la AFA mantiene un horario polémico y la seguridad está en alerta.

POR REDACCIÓN

29 de noviembre de 2024

Este sábado 30 de noviembre, Rosario Central será local en el estadio Gigante de Arroyito en un encuentro contra Racing, pero la expectativa por el partido está lejos de centrarse solo en lo futbolístico. Tras el asesinato de Andrés "Pillín" Bracamonte, líder histórico de la barra brava, y su ladero Daniel "Rana" Atardo, las miradas están puestas en el futuro de la hinchada más temida del fútbol argentino. El temor por una posible guerra interna por la sucesión del liderazgo está instalado en la ciudad, especialmente ante los antecedentes de violencia en situaciones similares, como sucedió con el crimen del líder de la barra de Newell’s, Roberto "Pimpi" Caminos.

El contexto de tensión se agrava con la decisión de la AFA de mantener un horario tarde para el partido: 19:30, a pesar de las advertencias de las autoridades de seguridad de Santa Fe. Fernando Perevengo, jefe de seguridad deportiva provincial, había solicitado que el encuentro se jugara más temprano, incluso sugiriendo otras fechas, con el objetivo de garantizar una mayor seguridad. Sin embargo, su pedido fue ignorado, y la AFA priorizó los intereses televisivos sobre la seguridad de los hinchas, lo que genera aún más incertidumbre en un clima ya de por sí volátil.

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Otro factor que aumenta la tensión es la reciente clausura de la tribuna popular norte, tradicionalmente ocupada por la barra brava de Central. La sanción se tomó a raíz de los incidentes ocurridos en el partido contra Banfield en octubre, cuando se arrojaron bengalas en medio de la interna de la hinchada. Aunque en principio parecía una medida destinada a prevenir disturbios, en los pasillos del club muchos celebraron esta decisión, temiendo lo que podría suceder si los líderes de la barra rivalizaban en la tribuna durante el encuentro. La medida ha complicado logísticamente al club, que ahora debe redistribuir las 12.000 localidades afectadas, aunque desde la perspectiva de seguridad, podría haber reducido el riesgo de enfrentamientos directos.

El foco está ahora en la sucesión de Pillín, y varios nombres suenan como posibles candidatos para tomar las riendas de la barra. El principal de ellos es Leopoldo "Pitito" Martínez, hasta hace poco uno de los hombres de confianza de Pillín. Su perfil, sin embargo, genera preocupación. Martínez tiene un pasado vinculado a grupos delictivos, en particular con el narcotráfico y con la Uocra, el sindicato de la construcción, que también tenía fuertes conexiones con Bracamonte. Aunque la figura de Pitito parece ser la más fuerte en términos de sucesión, su historial criminal lo coloca como una figura controvertida. En el club se teme que, si Martínez toma el liderazgo, podría generar aún más violencia y conflictos dentro de la barra.

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El asesinato de Pillín, ocurrido el 10 de noviembre tras el partido contra San Lorenzo, sigue siendo un misterio sin avances concretos en la investigación. Sin embargo, varias teorías apuntan a diferentes grupos delictivos como responsables. Una de las hipótesis más fuertes sugiere que Pillín fue asesinado por un grupo rival, conocido como "Los Menores", que habría intentado arrebatarle parte de sus negocios ilícitos, especialmente en la extorsión a comercios y a la obra pública en el sur de Rosario. Otra teoría, más preocupante, involucra directamente a "Pitito" Martínez, quien se encontraba cerca del lugar del crimen y podría haber tenido conocimiento de los movimientos de Pillín esa noche, lo que alimenta la sospecha de que pudo haberlo entregado.

Más allá de las hipótesis sobre el crimen de Pillín, lo cierto es que la situación dentro de la barra brava de Rosario Central está fuera de control. Ninguno de los candidatos a sucederlo parece ser una opción pacífica. Los antecedentes de violencia, narcotráfico y corrupción de la barra hacen que la solución al conflicto por el liderazgo sea incierta, mientras los hinchas y la sociedad rosarina viven con el temor de que se desate una nueva ola de violencia. El club, a su vez, se enfrenta a la difícil tarea de mantener el orden en un ambiente cada vez más caótico, donde el crimen y el poder de las barras bravas siguen siendo un desafío para las autoridades.

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Este sábado, cuando Rosario Central enfrente a Racing en un horario polémico, el estadio será el epicentro de una tensión que va más allá del fútbol. La muerte de Pillín Bracamonte ha dejado un vacío de poder en la barra brava, y los temores a una guerra interna por el liderazgo crecen a medida que los posibles sucesores emergen con oscuros antecedentes criminales. Con la AFA ignorando las recomendaciones de seguridad, y el club navegando en aguas turbulentas, el futuro de la hinchada canalla y la seguridad en los estadios se presenta cada vez más incierto.

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