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Provinciales > Contundente

Según un juez penal juvenil, condenar a menores por amenazas de bomba no resuelve el problema

El juez penal juvenil Jorge Toro planteó que los adolescentes no deben ser castigados con penas tradicionales por las amenazas de bomba en las escuelas, sino que se necesitan medidas educativas y de concientización.

Hace 4 horas
Evacuación de la Escuela de Enología por amenaza de bomba.

El debate por las reiteradas amenazas de bomba en las escuelas de San Juan sumó la mirada del juez penal juvenil Jorge Toro, quien fue contundente: “La respuesta penal clásica, la sanción a esta edad, no va a resolver el conflicto”. El magistrado explicó que los adolescentes son “personas en desarrollo” y que la solución debe encontrarse en el trabajo preventivo y educativo.

“Soy juez penal juvenil, titular del Primer Juzgado. Nuestras facultades se limitan a aplicar sanciones a aquellos chicos que son penalmente responsables. La responsabilidad comienza a partir de los 16 años en delitos graves como la intimidación pública, que está prevista en el Código Penal”, aclaró en radio Sarmiento. Sin embargo, subrayó que la mayoría de los casos que llegan a su despacho involucran a chicos de 14 y 15 años, que no pueden ser juzgados.

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Toro advirtió que la legislación vigente, heredada de la dictadura, reconoce que los menores de 16 años no tienen la misma capacidad de comprender y controlar sus impulsos que un adulto. “Hay un documento muy importante, la Observación 24 del Comité de Derechos del Niño, que recomienda no responder con penas ni siquiera a mayores de 16 años, sino con mecanismos de responsabilización”, señaló.

Para el magistrado, la justicia restaurativa podría ser una alternativa viable. “Lo que hace es trabajar con un joven para que tome conciencia del daño que eso genera. Puede intervenir la escuela, algún directivo o el Estado, porque la comunidad afectada es la que sufre la consecuencia de esas amenazas”, explicó.

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El juez también remarcó la necesidad de involucrar a las familias. “La mayoría de esos chicos tienen padres que ejercen los cuidados personales y deben responder civilmente por los daños que provocan sus hijos. Son ellos quienes deben poner límites en la crianza, y el Estado debe acompañar con herramientas educativas”, sostuvo.

Finalmente, cuestionó la lógica de enviar a un adolescente a un instituto como respuesta. “Creer que lo voy a encerrar o le voy a aplicar una pena no resuelve el problema de fondo. La educación sí. Talleres de capacitación en el ámbito escolar serían muy buenos. Se trata de generar conciencia, no de castigar”, concluyó.

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