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“Soñé toda la vida con esto”: la historia del hincha de Platense que hace 40 años vive en San Juan
José Luis Murillo vive en San Juan desde 1985, pero su corazón siempre estuvo en Saavedra. Heredó la pasión calamar de su abuelo y, tras décadas de sufrimiento, celebró a la distancia el título más esperado por los hinchas de Platense.
POR REDACCIÓN
José Luis Murillo, fanático de Platense está radicado en San Juan hace 40 años, y este lunes relató a DIARIO HUARPE cómo vivió la histórica consagraciónunque vive en la provincia desde hace décadas, su corazón sigue en la zona Norte de Buenos Aires. “Me crié en Palermo, viví con mi abuela cerca de Plaza Italia, del Jardín Botánico, del Zoológico, que ya no está. Siempre estuve en Capital. Hasta que vine a San Juan, pero la pasión por Platense viajó conmigo”.
El fanático de Platense reside en San Juan desde 1985 y, a sus 65 años, no pudo contener la emoción al ver campeón por primera vez al equipo que marcó la historia de su familia.
“La pasión viene de mi abuelo, que vivía a cuatro cuadras de la cancha del Calamar, en Manuela Pedraza y Crámer, en pleno barrio de Saavedra”, recordó. “Él nació en 1910 y en 1917 Platense se radicó ahí. El club era parte del barrio: tenía cancha de bochas, un velódromo, siendo uno de los primeros de Buenos Aires, y era el punto de encuentro de los chicos del barrio”, agregó.
Aunque no llegó a conocer a su abuelo, fallecido en 1955, la herencia calamar quedó intacta en su familia. “Fue mi tío materno quien me transmitió esa pasión. Me empezó a llevar a la cancha en 1967, cuando yo tenía solo siete años. Desde entonces, no paré de seguir al equipo”.
Murillo recordó un partido clave de ese año, cuando Platense, dirigido por Ángel Labruna, fue eliminado por Estudiantes en una semifinal histórica. “Íbamos ganando 3-1, pero nos lo dieron vuelta. Teníamos un gran equipo. Fue un golpe duro, como muchos que vinieron después. Pero el sentimiento no se fue más”.
Platense descendió en 1971 y, desde entonces, expresó Murillo, ser hincha del club fue “una montaña rusa entre el ascenso y la Primera”. Pero la fe se mantuvo. Citando la histórica frase de la película El secreto de sus ojos, culminó: “Hay un dicho que dice que uno puede cambiar de casa, de pareja, pero de pasión futbolera no se cambia. Y así fue. Platense volvió, subió de la B Metropolitana, y ahora se dio el gusto que todos soñábamos: ser campeón”.
Sobre cómo vivió los partidos a la distancia, José Luis compartió su cábala: “Antes de cada partido me acuerdo de mi tío, de mi abuelo y de los seres que no están acá, que a veces nos dan un apoyo extra desde donde estén. Eso es lo que me acompaña”.
“Veo los partidos por televisión, siempre por el mismo canal. Especialmente estos últimos dos, los seguí por YouTube con una audición partidaria de Buenos Aires, que transmiten toda la previa y también el ‘tercer tiempo’ con entrevistas y resultados. Bajo un poco el volumen de la transmisión para escucharla mejor, es parte de mi ritual”, explicó.
Con humor, contó sobre sus hijos: “Lamentablemente, ninguno es hincha de Platense. Después de 22 años en la B, se hicieron simpatizantes porque su padre lo es, pero mi hija y mi hijo son hinchas de River. Así que, tal vez, alguno de mis nietos llegue a ser hincha calamar. Habrá que esperar”.