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Vaca Muerta: invertirán US$3.900 millones para exportar gas
El proyecto LNG del Plata contempla una inversión a 20 años para exportar gas natural licuado desde un barco en el Puerto de La Plata.
POR REDACCIÓN
Camuzzi Gas Inversora, empresa controlante de Camuzzi Gas Pampeana y Camuzzi Gas del Sur, anunció un ambicioso proyecto llamado LNG del Plata que busca ingresar al mercado de exportación de gas natural proveniente de Vaca Muerta. La iniciativa consiste en instalar un barco de licuefacción en el Puerto de La Plata, provincia de Buenos Aires, y contempla una inversión total de US$3.900 millones a lo largo de 20 años.
Este desarrollo estratégico tiene como objetivo transformar la matriz exportadora argentina y a la vez fortalecer el abastecimiento interno durante los meses de mayor consumo. Para ello, el proyecto aprovechará la infraestructura gasífera ya existente, utilizando los gasoductos en los meses de menor demanda para transportar el gas hacia la costa bonaerense.
Como parte de la obra, se construirá una plataforma offshore frente a Ensenada, conectada mediante un gasoducto subacuático de 10 kilómetros. Esta infraestructura permitirá el amarre del buque licuefactor (Floating LNG), que será la base para la licuefacción y posterior exportación del gas natural.
El proyecto LNG del Plata se diferencia de otros desarrollos similares, como los que llevan adelante YPF y Southern Energy en Río Negro, ya que es el primer emprendimiento bonaerense de este tipo. Tras perder la competencia con la provincia de Río Negro para la instalación de plantas de licuefacción, esta iniciativa representa una apuesta significativa para la región de Buenos Aires.
Se espera que la capacidad de exportación supere las 2,4 millones de toneladas anuales de gas natural licuado (GNL), lo que equivale a la producción diaria de más de 9 millones de metros cúbicos de gas. Además, la infraestructura diseñada permitirá responder a los picos estacionales de consumo local, reforzando el suministro nacional en los períodos críticos de invierno.
En diálogo con Infobae, Alejandro Macfarlane, presidente de Camuzzi Gas Inversora, destacó el contexto económico favorable para la inversión: “La estabilización de la macroeconomía y la baja de la inflación permite desarrollar proyectos innovadores para crear valor a partir de la producción de Vaca Muerta. Está inversión pensada en el largo plazo y apalancada en la infraestructura existente tiene un beneficio dual: complementar las necesidades del mercado interno y por sobre todo generar divisas claves que el país necesita para continuar consolidando su desarrollo integral y sustentable”.
El empresario también resaltó el impacto social y económico del proyecto: “Este proyecto es sumamente relevante para el desarrollo del país, ya que no solo permitirá generar 500 puestos directos de trabajo, sino que a lo largo de los 20 años de operación previstos, aportará más de USD 14.500 millones en divisas provenientes de exportaciones, acompañando de esta forma el potencial del país y su rol estratégico en el abastecimiento energético mundial”.
Camuzzi Gas Inversora, con accionistas como Alejandro Macfarlane, Jorge Brito y el grupo italiano liderado por Fabrizio Garilli, controla una extensa red de distribución y transporte que supera los 56.000 kilómetros y atiende a más de dos millones de usuarios en varias provincias, incluyendo Buenos Aires, La Pampa, Neuquén, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El plan de inversión inicial incluye la construcción de una nueva infraestructura que conectará la planta compresora Buchanan, de TGS, con la localidad de Ensenada mediante un gasoducto subacuático. La empresa avanza en negociaciones con una firma internacional especializada en licuefacción flotante para operar el buque licuefactor.
Las obras están previstas para comenzar en 2026, con la puesta en marcha formal en 2028. Durante la temporada estival, de septiembre a mayo, el sistema permitirá exportar más de 9 millones de metros cúbicos diarios de gas, optimizando la capacidad ociosa de los gasoductos. El gas será licuado para facilitar su transporte marítimo y luego regasificado en su destino final para su consumo.
En invierno, la operación se invertirá para liberar gas natural y reforzar la matriz energética nacional, atendiendo los picos de demanda interna. Esta estrategia contribuirá a la seguridad energética, mejorando el abastecimiento y reduciendo los costos de generación al desplazar combustibles líquidos más caros.