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Sociedad > Emociones y espacio

Cómo los colores en la decoración influyen en la energía y el ambiente de tu hogar

Descubrí qué tonalidades favorecen la abundancia y el bienestar, y cómo combinarlas para lograr un espacio equilibrado y acogedor.

POR REDACCIÓN

Hace 8 horas
La psicología del color en el diseño interior revela que ciertas tonalidades evocan sentimientos universales. Foto: Gentileza.

La selección de colores para decorar tu vivienda va más allá de una cuestión estética, ya que afecta directamente la percepción del espacio y las emociones que se experimentan dentro de él. Algunos colores pueden generar sensaciones de abundancia y bienestar, mientras que otros, si no se combinan adecuadamente, pueden provocar tensión o incomodidad de forma inconsciente.

La psicología del color en el diseño interior revela que ciertas tonalidades evocan sentimientos universales. Por ejemplo, los verdes y azules suaves conectan con la naturaleza y transmiten serenidad, aportando frescura y equilibrio. Estos colores son ideales para ambientes como salones o áreas de trabajo donde se requiere concentración.

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En contraste, tonos intensos como el granate o el negro comunican sofisticación y fuerza, pero su uso excesivo puede generar una sensación de opresión. Para evitar esto, es recomendable combinarlos con colores neutros como el beige, blanco cálido o maderas claras, logrando así un efecto armonioso y acogedor.

Blanco y beige actúan como bases neutras que amplifican la luz y permiten que los detalles decorativos se destaquen.

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Los colores también pueden ser aliados para atraer abundancia y energía positiva al hogar. Tonos amarillos y naranjas suaves estimulan la vitalidad y el optimismo, siendo perfectos para cocinas o espacios de reunión.

Por otro lado, un exceso de gris o blanco frío puede enfriar demasiado el ambiente. En estos casos, incorporar texturas cálidas como alfombras, cortinas de lino o muebles de madera suaviza la percepción y aporta un contraste agradable.

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Para equilibrar la tensión que algunos colores pueden generar, cada habitación puede tener su propia “firma de color”. Por ejemplo, los tonos rosas claros y empolvados aportan dulzura y tranquilidad, ideales para dormitorios o terrazas. Los azules claros y verdes, en tanto, brindan frescura y sensación de amplitud.

La clave está en balancear la intensidad cromática y combinarla con materiales y accesorios que aporten calidez y dinamismo. Así, los espacios se vuelven armoniosos sin perder personalidad ni estilo.

Granate y negro son colores intensos que transmiten sofisticación y fuerza, pero se recomienda su combinación con tonos neutros para mitigar la tensión visual.

Dominar la paleta cromática del hogar implica comprender cómo los colores afectan las emociones y la percepción espacial. Aplicando estos principios, es posible transformar cualquier casa en un lugar donde la abundancia, el confort y el estilo convivan en perfecta armonía, compensando la tensión que ciertos colores puedan generar con una elección inteligente de materiales y combinaciones.

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