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Día Nacional del Caballo: historia de Gato y Mancha en contraste con la cruda realidad en San Juan
Mientras San Juan atraviesa una crisis por el robo, matanza clandestina y comercialización ilegal de carne de caballo, este 20 de septiembre en Argentina se celebra el Día Nacional del Caballo.
En medio de la problemática que envuelve a San Juan, donde el robo de caballos y su faena clandestina ha sacudido a la provincia, este 20 de septiembre se conmemora el Día Nacional del Caballo. La celebración contrasta con la sombría realidad que se vive en los campos sanjuaninos, donde recientemente DIARIO HUARPE reveló un informe desgarrador sobre el hallazgo de cientos de esqueletos de caballos en un predio del distrito El Bosque, en el departamento de Angaco. La denuncia ha puesto al descubierto un mercado interno que, sin control, permite la venta ilegal de carne de caballo, afectando tanto a productores rurales como a la salud pública de la provincia.
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Por qué hoy es el Día Nacional del Caballo
La fecha, instituida por la Ley 25.125 en 1999 a instancias de la Federación Ecuestre Argentina, tiene como objetivo rendir homenaje a la relevancia histórica, económica y deportiva del caballo en nuestro país.
Cada 20 de septiembre, se recuerda especialmente a Gato y Mancha, dos caballos criollos que acompañaron al suizo Aimé Félix Tschiffely en una hazaña sin precedentes: un viaje a caballo desde Buenos Aires hasta Nueva York que marcó un hito en la historia ecuestre.
La travesía comenzó el 24 de abril de 1925, cuando Tschiffely partió desde la Sociedad Rural Argentina junto a Gato y Mancha, ambos de 15 y 16 años, respectivamente. Estos caballos, de carácter fuerte y forjados en la dureza de la Patagonia, eran propiedad de Emilio Solanet, quien los había adquirido del cacique tehuelche Liempichún en Chubut. Los tres recorrieron más de 21 mil kilómetros, atravesando la Cordillera de los Andes, desiertos y junglas, hasta llegar a Nueva York el 20 de septiembre de 1928, tras 3 años y 149 días de travesía.
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En su relato, Tschiffely describió el momento en que pisaron la ciudad: “Miré a mis caballitos criollos y luego a esas enormes moles de cemento y acero. Antes de darme cuenta, les dije: ‘Si viejos, esto es Nueva York, pero yo sé que las pampas argentinas los llaman. Tengan paciencia, los llevaré de vuelta porque bien se lo merecen’”.
La hazaña de Gato y Mancha no solo puso a prueba la resistencia física de los caballos criollos, sino que también los convirtió en un símbolo de lealtad y entrega a causas nobles.
Tras su regreso en diciembre de 1928, ambos caballos fueron embalsamados y hoy reposan en el Museo de Luján. La gesta de estos animales quedó grabada en la memoria nacional, y cada 20 de septiembre, el país celebra el Día Nacional del Caballo en su honor.
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La travesía de Gato y Mancha, que alguna vez simbolizó el triunfo de la nobleza y la resistencia, resuena en contraste con la realidad actual que muchos caballos sanjuaninos padecen, víctimas de la desidia y el lucro sin escrúpulos.