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Provinciales

Puericultura en San Juan: el arte de hacer que la lactancia materna funcione

“La lactancia materna es un proceso que roza la magia”, es una frase que resume en 10 palabras un proceso largo y complicado, pero que no deja de ser espectacular. Si bien no hay un manual para amantar, en San Juan hay especialistas que ayudan a dar los primeros pasos: las puericultoras.

POR REDACCIÓN

02 de agosto de 2024
La Semana de la Lactancia Materna es del 1 al 7 de agosto. Foto: DIARIO HUARPE. 

“La lactancia materna es un proceso que roza la magia”. Con esa frase se resume la explicación sobre el proceso fisiológico que constituye la lactancia materna que dio la médica de familia y directora del centro Nacer, Claudia Duano, quien hace 20 años comenzó a especializarse en el tema. Es que, según comentó, notó entre sus colegas un desprestigio hacia la actividad puericultora, por cometer el error de simplificar el proceso y creer que solo es un mero traspaso de alimento hacia el bebé. Pero va mucho más allá, tanto por los beneficios nutricionales como por la conexión que produce entre ambas partes.

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Lo cierto es que para no desaprovechar las utilidades de la leche materna y de la lactancia en general, el trabajo de los especialistas es fundamental. El principal consejo que Duano brinda a las personas lactantes es buscar ayuda profesional apenas sepan que van a ser mamás, puesto que atravesar los primeros pasos siempre es difícil.

“Un bebé que no se está prendiendo a la teta, una mamá a la que le está costando o le duele, es una urgencia en lactancia. Si vemos a una mamá que le está costando amamantar, ese mismo día hay que ponerse en contacto con especialistas”, afirmó.

Claudia Duano, médica de familia. Foto: DIARIO HUARPE. 

La urgencia de la lactancia reside en la importancia de la misma. Según indicó Duano, cuenta con extensos beneficios. El más “floreado” es el bebé, debido a que la leche materna lo nutre excepcionalmente y, además, fortifica el sistema inmune.

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“El sistema inmune de un niño que fue amamantado y que tuvo una alimentación complementaria adecuada en sus primeros tres años de vida, va a tener un escudo que lo va a defender de manera mucho más eficaz y duradera que un niño que no fue amamantado o que la incorporación de alimentos no fue de la mejor calidad”, manifestó.

Para la mamá también hay beneficios físicos. Ayuda a que el sangrado postparto sea más corto; colabora a que el cuerpo de la madre vuelva a su forma más rápidamente y reduce la fertilidad, al menos durante el tiempo que la lactancia es exclusiva.

Pese a todas estas utilidades físicas, la más importante es la emocional. El lazo emocional que se forma en el contacto casi permanente, en el acompañamiento y el cariño, es irrepetible. Duano incluso aseguró que la lactancia materna forja el carácter del bebé.

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Recomendaciones

La recomendación general es que el bebé tenga una alimentación exclusiva de leche materna hasta los seis meses de edad. A partir de eso, se introduce la alimentación complementaria y, como mínimo, debe continuar lactando hasta los dos años.

Es bien sabido que el proceso de lactancia toma mucho tiempo. En pleno siglo XXI, las madres trabajan y tienen sus propias actividades, por lo que existe la posibilidad de sacarse la leche y guardarla, para luego dársela al bebé en mamaderas.

La leche materna dura 6 o 7 horas a temperatura ambiente (menos de 25º); tres días en la heladera; ocho días en un congelador y hasta seis meses en un frezzer. Para descongelar la leche, lo óptimo es agua tibia, dado que si se calienta o se hierve, pierde la leche pierde sus propiedades.

Curiosidad

Duano explicó que la teta de la madre tiene trasmisores que analizan la saliva del bebé y, a partir de allí, la leche se “fabrica” según las necesidades nutricionales del bebé.

“Hoy sabemos que hay un pasaje retrógrado de saliva desde la boca del bebé hacia la teta de la mamá, en donde hay sensores que se fijan nutricionalmente, inmunológicamente cómo está ese bebé y modifica la leche según sus necesidades. Entonces hay experiencias divinas, por ejemplo con mellizos, donde no se permitió que los bebés se cambiaran de teta y se descubrió que cada mama producía una leche diferente para cada bebé. La lactancia materna es un proceso que roza la magia”, añadió.

¿Qué pasa con los bebés que no son amamantados?

La médica de familia explicó que, desde el punto de vista nutricional, no hay forma de suplir a la leche materna. Sin embargo, sí se puede trabajar en el punto afectivo. El contacto piel a piel, las caricias, la atención constante, son fundamentales.

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