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Provinciales > Iglesia Católica

Félix, rumbo a una misión pastoral de cercanía; Alcayaga, al frente de Fátima con su impronta formativa

El Arzobispado de San Juan de Cuyo confirmó las nuevas designaciones pastorales para 2026 con un movimiento destacado: Jonatan Félix, de perfil pastoral, será enviado a la zona rural de La Laja, mientras que Marcelo Alcayaga, reconocido por su labor filosófica y formativa, asumirá la conducción de la parroquia de Fátima.

Hace 10 horas

El Arzobispado de San Juan de Cuyo ha dado a conocer su nómina de designaciones pastorales para el año 2026, en la que destaca un cambio significativo en las asignaciones de los presbíteros Jonatan Félix y Marcelo Alcayaga, cuyas nuevas responsabilidades muestran trayectorias y perfiles pastorales divergentes, pero complementarios.

Por un lado, el presbítero Jonatan Félix ha sido nombrado Administrador Parroquial de Santa Bárbara, en la localidad de La Laja, departamento de Albardón. Hasta ahora se desempeñaba como Administrador Parroquial del Inmaculado Corazón de María de Fátima, tras haber sido vicario parroquial en la Catedral San Juan de Cuyo. Su mudanza a una zona rural representa para la institución eclesiástica una etapa de formación. Este nuevo destino podría interpretarse como una misión de crecimiento en contacto con comunidades más pequeñas y rurales, lo que le ofrecerá la oportunidad de profundizar su experiencia pastoral en contextos de mayor cercanía social, con desafíos específicos propios de estas comunidades.

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Por otra parte, el presbítero Marcelo Alcayaga asume ahora el cargo de párroco de Nuestra Señora del Inmaculado Corazón de María de Fátima, la misma parroquia donde Félix ejercía como administrador. El perfil de Alcayaga está marcado por una intensa actividad filosófica, teológica y formativa, lo que sugiere que su liderazgo no solo será pastoral sino también intelectual y de acompañamiento en la formación de la comunidad. Su designación refuerza la dimensión educativa y doctrinal de esa parroquia, aportando un enfoque más estructurado en la enseñanza, la reflexión teológica y el desarrollo espiritual de los fieles.

Al comparar ambos movimientos, se advierte una estrategia eclesiástica que combina la renovación pastoral con la formación interna. Mientras Félix se mueve hacia un contexto más remoto para ganar experiencia en la administración y en labores de presencia comunitaria directa, Alcayaga llega a un lugar con una tradición pastoral más consolidada y con necesidades formativas. De esta forma, el arzobispado parece apostar por un equilibrio entre la atención a pequeños núcleos rurales y la profundización doctrinal en una parroquia central.

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En su comunicado, las autoridades eclesiásticas reconocieron públicamente la labor de los sacerdotes salientes y expresaron su confianza en un fructífero ministerio para quienes asumen nuevas funciones. Además, señalaron que aún restan resolverse nombramientos de vicarios parroquiales, diáconos permanentes y otros servicios pastorales, los cuales se confirmarán en las próximas semanas. También se dio cuenta de un acuerdo pastoral con la diócesis de Neuquén por el cual el presbítero Antonio Eduardo Gutiérrez ejercerá su ministerio allí.

El cambio de Félix y Alcayaga refleja un movimiento estratégico del Arzobispado de San Juan de Cuyo orientado a la maduración de las comunidades y equilibrar la misión formativa con la atención pastoral: se envía a Félix a una comunidad donde su labor cotidiana aportará una de las comunidades de fieles con identidad muy marcada en San Juan, y se le confía a Alcayaga una parroquia con una comunidad consolidada para enriquecerla con su perfil intelectual y formativo. Este doble rumbo apunta a fortalecer tanto la presencia de la Iglesia en territorios rurales como el desarrollo de la vida espiritual de sus comunidades más consolidadas.

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