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San Juan se viste de naranja: una semana para hablar de prevención del suicidio

San Juan impulsa la Semana Naranja, una iniciativa que busca sensibilizar, formar y acompañar a la comunidad en la prevención del suicidio, con actividades para profesionales, instituciones y ciudadanos.

Hace 5 horas
Cada 10 de septiembre se conmemora el Día de la Prevención del Suicidio.

Septiembre no solo marca la llegada de la primavera: también es el mes de la prevención del suicidio. Cada 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial y Nacional de la Prevención del Suicidio, una fecha destinada a visibilizar esta problemática y fomentar acciones concretas para reducir riesgos. En San Juan, la Dirección de Salud Mental y el Programa Provincial de Prevención de Suicidio del Ministerio de Salud organizan la Semana Naranja, que este año incluye actividades educativas, de sensibilización y de acompañamiento para toda la comunidad.

“Esta semana naranja es una iniciativa que busca visibilizar, sensibilizar y comprometer a la comunidad, a los distintos sectores en la prevención del suicidio, que es una problemática compleja y difícil”, explicó a DIARIO HUARPE Celeste Uñac, licenciada en Psicología y miembro del programa provincial. Para Uñac, es fundamental generar espacios de diálogo que permitan cambiar la mirada sobre el suicidio, derribar estigmas y ofrecer un mensaje de esperanza. “Se busca romper el silencio, generar espacios de conversación y cambiar la forma en que se piensa y se aborda el suicidio, dejando un mensaje de empatía y cuidado mutuo entre las personas”, detalló.

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Uno de los ejes centrales de la Semana Naranja es la jornada de actualización profesional denominada Abordajes actuales de las conductas suicidas. Según la profesional, la actividad matutina está destinada a profesionales de la salud del sector público y privado, con el objetivo de brindar herramientas técnicas y recursos para abordar estas conductas. Por la tarde, la jornada se abre a diversos sectores de la provincia, incluyendo educación, seguridad, desarrollo humano, justicia y a la comunidad en general. “Lo que buscamos es brindar recursos y herramientas que tengan que ver con lo comunitario, generando redes de cuidado y un trabajo intersectorial para abordar estas conductas”, explicó la especialista.

Además, la Semana Naranja incluye la muestra fotográfica El silencio a la esperanza, destinada a mayores de 18 años de San Juan, sin importar si son fotógrafos profesionales o aficionados. La propuesta busca sensibilizar y transmitir mensajes positivos, mostrando cómo es posible transformar situaciones difíciles o dolorosas a través de la imagen. “La muestra genera también un espacio de diálogo donde cada autor puede presentar su obra y explicar el mensaje que quiso transmitir. Será presentada en el auditorio Juan Victoria el viernes 12 de septiembre a las 20 horas”, indicó Uñac.

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La especialista también advirtió sobre la influencia de las redes sociales y la tecnología en la vida de los adolescentes y jóvenes, aunque aclaró que el impacto alcanza a todas las edades. “Las redes exponen a los jóvenes a situaciones que los vulneran y muchas veces es difícil para los adultos saber lo que ocurre. Por eso es fundamental que los referentes adultos estén presentes, acompañen y promuevan vínculos saludables que funcionen como factores protectores”, señaló. Uñac agregó que la tecnología, cuando sustituye los espacios de encuentro y la interacción real, puede obstaculizar el desarrollo de habilidades sociales y la construcción de lazos afectivos, fundamentales para la salud mental.

En cuanto a la identificación de señales de alerta, Uñac explicó que pueden ser directas o indirectas. “Las señales directas incluyen verbalizaciones explícitas como ‘me quiero morir’ o ‘ya no aguanto esta vida’. Las indirectas pueden ser cambios bruscos en los hábitos de alimentación, sueño, rutina diaria, descuido personal, irritabilidad, episodios de llanto, aislamiento social, pérdida de interés en actividades que antes eran placenteras, consumo de sustancias o regalar objetos de valor personal”, detalló. La especialista insistió en que estas señales no deben minimizarse ni juzgarse, sino que deben ser tomadas en serio y abordadas con acompañamiento y derivación a profesionales de la salud.

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Uñac concluyó destacando la necesidad de un cambio cultural en torno a la salud mental. “El mayor desafío es pasar de concebir la salud mental como un problema individual y clínico a entenderla como una construcción colectiva, influida por factores sociales, culturales, económicos y políticos. Esto implica ampliar el campo de acción más allá del consultorio o la clínica, poniendo el foco en el abordaje intersectorial y en la importancia de las redes comunitarias de cuidado”, afirmó. La especialista remarcó que, aunque cada año se observa una mayor conciencia y compromiso de la sociedad para derribar tabúes y estigmas, aún es necesario continuar trabajando en colaboración, generando espacios para hablar sobre el suicidio y acompañando a las personas sin juzgar ni minimizar su sufrimiento.

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