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Superluna de diciembre 2025: un fenómeno astronómico único

La última Luna llena del año será una superluna extrema por su cercanía, brillo y posición orbital, un evento que no se repetirá hasta dentro de casi dos décadas.

POR REDACCIÓN

Hace 1 hora
La superluna de diciembre de 2025 superará en cercanía a todas las ocurridas desde abril de 2020. Foto: Gentileza

La noche del jueves 4 de diciembre de 2025 ofrecerá una oportunidad excepcional para los amantes de la astronomía: la última Luna llena del año, conocida en el hemisferio norte como Luna Fría, se presentará como una superluna extrema, combinando un perigeo muy cercano, un brillo notable y una posición orbital extrema dentro de un ciclo de 18,6 años llamado standstill.

La Luna alcanzará su plenitud exacta a las 23:14 GMT (20:14 hora argentina, 18:14 en Colombia y 17:14 en México), aunque su aspecto casi completo podrá observarse desde la noche anterior hasta el viernes. En Argentina, la luna se mostrará baja en el horizonte con tonos dorados o rojizos debido a la refracción atmosférica, mientras que en el hemisferio norte estará muy alta y visible durante más tiempo, reflejando las complejas dinámicas celestes que marcan el cierre del año lunar.

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Características técnicas del fenómeno: la Luna se acercará a 357.219 kilómetros de la Tierra, aumentando su tamaño aparente en un 8% y su brillo en un 16% respecto a una Luna llena promedio. Esta combinación facilita capturas fotográficas más nítidas y detalladas, especialmente en condiciones de cielos fríos y secos.

El carácter "extremo" de esta superluna se explica por un fenómeno poco conocido fuera de la astronomía académica. La órbita lunar es ovalada, inclinada y sujeta a movimientos a largo plazo que modifican la altura máxima y mínima que la Luna alcanza en el cielo. Cada 18,6 años ocurre un ciclo standstill, que define las posiciones más extremas hacia el norte y sur. Durante 2024 y 2025 se está desarrollando un standstill mayor, y la Luna llena de diciembre de 2025 se ubicará en el punto más extremo: la más alta del año en el hemisferio norte y la más baja en el hemisferio sur.

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Esta diferencia no depende de factores locales, sino del complejo baile orbital entre Tierra, Luna y Sol que altera ángulos y trayectorias. Por ello, después de esta superluna, la próxima con una configuración similar no llegará hasta 2042, cuando este ciclo vuelva a posicionar al satélite en estas condiciones extremas junto con un perigeo muy cercano.

La órbita ovalada de la Luna, que varía entre perigeo y apogeo, no sigue una trayectoria constante debido a la precesión orbital y la influencia gravitatoria del Sol. Por este motivo, la coincidencia exacta entre perigeo y Luna llena es poco frecuente y da lugar a las superlunas, que ocurren cuando ambos eventos se sincronizan.

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En promedio se producen unos 13 perigeos al año, pero la distancia del perigeo varía por factores como la atracción solar y la relación cambiante Tierra-Luna. En sus perigeos más cercanos, la Luna puede verse hasta un 30% más grande y un 14% más brillante en el cielo.

La superluna de diciembre de 2025 superará en cercanía a todas las ocurridas desde abril de 2020, salvo la superluna Beaver de noviembre de 2025, que quedará apenas por delante en distancia. Sin embargo, la conjunción de altura, visibilidad prolongada, duración y colorido en el horizonte hace que diciembre reúna condiciones astronómicas superiores para la observación.

Desde un punto de vista técnico, una superluna es una sicigia, es decir, una alineación recta entre Tierra, Luna y Sol, que permite que la Luna llena aparezca en el lado opuesto al Sol. Por ello, la salida lunar coincide con la puesta solar, ofreciendo un escenario ideal para la fotografía con contraste equilibrado entre el paisaje y el disco lunar.

Las denominaciones tradicionales para esta Luna llena reflejan su vínculo con fenómenos estacionales y culturales. En el hemisferio norte se la conoce como Luna Fría, Luna de la Noche Larga, o Luna Antes de Yule, nombres que aluden al inicio de las bajas temperaturas y noches prolongadas. En Norteamérica, según el Almanaque del Viejo Granjero, se la ha llamado “Luna de los Árboles Estallando”, evocando el crujido de las ramas congeladas, o “Luna del Hacedor de Invierno”.

En contraste, en el hemisferio sur, esta luna recibe nombres relacionados con el verano, como Luna de Miel o Luna de Fresa, que señalan el comienzo de la temporada cálida y las cosechas. Estas diferencias culturales reflejan la inversión estacional entre ambos hemisferios.

La ciencia moderna explica que durante el solsticio de invierno, el 21 de diciembre, el Sol alcanza su punto más bajo del año, por lo que la Luna llena, ubicada en el lado opuesto, alcanza su máxima altura en el hemisferio norte, amplificando su efecto visual. En 2025, esta posición extrema coincide con el tramo más intenso del standstill mayor, lo que maximiza la altura inusual del satélite.

Para quienes observan desde latitudes australes, la Luna aparecerá cerca del horizonte, donde la atmósfera produce tonalidades rojizas o anaranjadas por la filtración de la luz, creando un disco lunar más cálido y grande visualmente, ideal para fotografías que integran elementos del paisaje.

El horizonte bajo también permite combinar la Luna con escenarios naturales o urbanos, un recurso valorado por fotógrafos. Incluso con teléfonos celulares se podrán obtener imágenes de calidad gracias al brillo reforzado y la transparencia atmosférica de cielos fríos y secos en diciembre.

Los aficionados tendrán varias oportunidades para observar el fenómeno, especialmente al amanecer o atardecer local, cuando la Luna parece mayor al tocar el horizonte. El 5 de diciembre, un día después de la plenitud, también será un momento destacado para el uso de binoculares o telescopios de iniciación.

La Luna Fría de 2025 es un recordatorio de cómo eventos comunes como la Luna llena pueden adquirir un carácter extraordinario cuando coinciden ciclos largos, posiciones extremas y distancias mínimas. Este espectáculo astronómico, que no se repetirá hasta dentro de casi dos décadas, invita a disfrutar de una noche que combina ciencia, tradición y una belleza que impacta a todo observador.

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