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Economía > Desempleo industrial

Más de 20 fábricas cerraron y despidieron a casi 4.400 trabajadores en el último trimestre de 2025

El cierre de plantas y suspensiones afectaron a sectores clave como metalmecánico, autopartista y textil, con fuerte impacto en Buenos Aires, Santa Fe y el NOA. 

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
Además de cierres y despidos, se registraron suspensiones masivas. Foto: Gentileza

Durante el último trimestre de 2025, la industria argentina enfrentó un duro golpe con el cierre de 21 grandes fábricas y la pérdida de empleo de 4.382 trabajadores. La caída del consumo interno y la creciente competencia de productos importados fueron factores clave que impactaron en diversos sectores productivos.

Un informe de la consultora Sistémica destacó que las provincias más afectadas fueron Buenos Aires, Santa Fe y el NOA, donde se concentraron la mayoría de las suspensiones y despidos. En el sector cerámico, la empresa Ilva cerró su planta en Pilar, Buenos Aires, dejando sin trabajo a 300 empleados. En la misma zona, la multinacional Whirlpool clausuró una fábrica inaugurada apenas en 2022, afectando a 220 trabajadores.

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El sector autopartista también sufrió fuertes recortes: Corven despidió a 150 personas en Venado Tuerto, Santa Fe; SKF cerró su planta en Tortuguitas, Buenos Aires, con 145 trabajadores desvinculados; y Dana finalizó operaciones en Naschel, San Luis, afectando a 50 trabajadores.

En Tierra del Fuego, Newsan redujo su plantilla en 150 empleados, mientras que en Sastre, Santa Fe, DBT-Cramaco cerró su fábrica con 37 despidos. Por su parte, la industria láctea sufrió el cierre de la planta de La Suipachense en Buenos Aires, con 143 personas afectadas, y el sector alimenticio vio la clausura de Otito en San Pedro, Jujuy, con 40 despidos.

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El sector textil también atravesó dificultades: TN & Platex discontinuó líneas de producción en Corrientes y La Rioja, con 88 despidos; Luxo y Vulcalar cerraron sus fábricas, sumando 168 trabajadores desvinculados.

Además de cierres y despidos, se registraron suspensiones masivas. En Villa Constitución, Santa Fe, Acindar (ArcelorMittal) suspendió a 200 empleados, mientras que Mondelez paralizó la actividad de 2.300 trabajadores en su planta de General Pacheco, Buenos Aires. Textilana suspendió a 175 empleados y Stellantis adelantó las vacaciones y extendió el receso en su planta de El Palomar hasta el 4 de enero de 2026.

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La retracción de la inversión extranjera directa (IED) agravó la situación. Según datos del Banco Central, entre enero y octubre de 2025, el flujo neto de IED mostró un saldo negativo de aproximadamente 1.500 millones de dólares, reflejando la cautela de los inversores ante riesgos macroeconómicos y regulatorios.

Este panorama evidencia un proceso sistémico de menor demanda, aumento de costos y pérdida de competitividad que lleva a muchas empresas a recortar o cerrar operaciones, afectando el empleo formal y la actividad económica. La destrucción de capacidades productivas genera una pérdida de empleo y de capital específico, dificultando la reactivación y creación de nuevas actividades.

En este contexto, el Gobierno impulsa el Régimen de Incentivo para las Grandes Inversiones (RIGI) como una herramienta para revertir la tendencia, junto con el Régimen de Incentivo para Medianas Inversiones (RIMI) y la reforma laboral. Sin embargo, estos programas aún no logran frenar la pérdida de capacidad productiva y empleo.

“Necesitamos sostener y expandir nuestra industria por cuestiones de empleo, innovación tecnológica y seguridad de abastecimiento. Además sería un contrasentido histórico dejar destruir nuestro desarrollo industrial en momentos en que la potencia emergente, China, muestra la importancia de la industria y EEUU señala como un grave error haber perdido su base productiva en los 90s, a partir del offshoring”, concluyó.

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