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Estrés, caída del cabello y respuesta inmune
Investigadores de Harvard identifican un mecanismo en dos fases en el que el estrés provoca daño folicular y una reacción autoinmune que podría desencadenar enfermedades asociadas.
POR REDACCIÓN
Un estudio internacional liderado por expertos del Instituto de Células Madre de la Universidad de Harvard ha identificado el mecanismo biológico que explica cómo el estrés puede desencadenar la caída del cabello y activar una respuesta autoinmune. Esta investigación, publicada en la revista Cell, detalla un proceso en dos fases que vincula el impacto del estrés con daños foliculares y enfermedades inmunológicas.
La profesora Ya-chieh Hsu, directora del equipo, explicó que cuando el sistema nervioso simpático se activa ante una situación de estrés agudo, libera noradrenalina en niveles elevados. Este neurotransmisor resulta tóxico para las células altamente proliferantes de los folículos pilosos, causando un daño inmediato que puede derivar en la pérdida temporal del cabello. “El estrés tiene un impacto inmediato a través de la activación del sistema nervioso simpático”, señaló Hsu. A pesar de ello, las células madre del folículo suelen sobrevivir y permiten la regeneración capilar.
Sin embargo, la investigación descubrió que este daño inicial tiene consecuencias más profundas. La bióloga H. Amalia Pasolli, mediante imágenes detalladas, observó que los folículos afectados presentaban necrosis, un tipo de muerte celular inflamatoria. La coautora Emily Scott-Solomon describió que los folículos “parecían como si se les hubiera vertido ácido clorhídrico”. Este daño necrótico provoca una respuesta inmunitaria secundaria, donde el cuerpo interpreta el tejido inflamado como una amenaza, activando células T CD8+ autorreactivas que atacan los folículos pilosos.
Esta reacción inmune puede persistir y prepararse para futuras respuestas ante nuevos episodios de estrés, generando recaídas en la caída del cabello. Además, los autores del estudio sugieren que este mecanismo podría estar relacionado con enfermedades autoinmunes como la alopecia areata, el lupus o la diabetes tipo 1. Hsu enfatizó que “siempre se necesita un factor desencadenante, y este no es necesariamente genético”.
El inmunólogo Alexander Mann, coautor del trabajo, destacó la relevancia del hallazgo: “Un estudio como este es importante tanto por sus hallazgos como por cómo se llevó a cabo”. La colaboración interdisciplinaria entre neurocientíficos, biólogos de células madre e inmunólogos permitió descubrir la interacción entre el sistema nervioso y el sistema inmunitario, abriendo nuevas vías para comprender la autoinmunidad.
El vínculo entre estrés y caída del cabello ha sido conocido durante décadas, pero este estudio aporta evidencia clara sobre cómo un solo episodio de estrés agudo puede dejar una huella duradera en el sistema inmunitario, predisponiendo a ataques repetidos contra el mismo tejido.
Además, la investigación resalta que las experiencias adversas pueden tener un impacto en los tejidos corporales comparable al de la genética. La profesora Hsu, que también forma parte del proyecto Biología de la Adversidad del Instituto Broad, señaló: “Me fascina ver que nuestra forma de vida tiene el mismo impacto en nuestros tejidos que muchos de nuestros genes”.
Este avance abre la puerta a futuros estudios sobre cómo factores ambientales y de estilo de vida afectan el desarrollo y recurrencia de enfermedades autoinmunes, así como a la creación de estrategias para prevenir o tratar la caída del cabello y otras afecciones inmunológicas.
Consejos para prevenir la caída del cabello
En una entrevista reciente, la dermatóloga y tricóloga Vanina Gegdyszman destacó que la alopecia se define como un aumento anormal en la pérdida de cabello y que el estrés es uno de los factores que altera el ciclo de crecimiento capilar. La especialista recomendó evitar dormir con el cabello húmedo, para prevenir desequilibrios en el cuero cabelludo como la caspa o dermatitis seborreica, además de reducir el daño en la fibra capilar. “Siempre dormirse con el cuero cabelludo seco”, aconsejó.
Por su parte, el estilista Leonardo Rocco explicó que, aunque la caída de cabello puede deberse a causas genéticas, hormonales o nutricionales, las situaciones de tensión emocional suelen coincidir con episodios de debilitamiento o pérdida. Para cuidar la salud capilar, sugirió elegir productos adecuados, mantener una hidratación constante y evitar químicos agresivos, además de consultar a profesionales ante cualquier cambio significativo.
Gegdyszman también desmintió el mito de que lavar el cabello con frecuencia lo debilita, aclarando que la limpieza regular es clave para mantener el equilibrio del microbioma capilar, y que la frecuencia debe adaptarse según el tipo de cuero cabelludo.