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Economía

Más de 80 despidos y atraso con liquidaciones, el ajuste que atraviesa Granja Tres Arroyos

La principal avícola del país enfrenta una reestructuración no oficial que incluye cierre de plantas, despidos y traslados de personal, mientras acumula atrasos salariales sin precedentes. El impacto de la pérdida de mercados externos y la posible influencia de su socio estadounidense Tyson Foods aparecen como claves en este rediseño que sacude al sector.

POR REDACCIÓN

Hace 3 horas
Granja Tres Arroyos ejecuta una reestructuración silenciosa en medio de tensiones financieras y laborales. FOTO: Gen

La empresa avícola líder en Argentina, Granja Tres Arroyos, atraviesa un proceso de reestructuración operativa no comunicado oficialmente, caracterizado por el cierre de plantas, concentración productiva y demoras salariales inéditas. Este ajuste silencioso se manifiesta en tres frentes simultáneos: atrasos en los pagos a los trabajadores, el cierre confirmado de su frigorífico en Concepción del Uruguay y rumores crecientes sobre una posible operación con su socio minoritario Tyson Foods.

La compañía, que emplea a siete mil personas y llegó a faenar setecientos mil pollos diarios, está rediseñando su estructura productiva mediante el cierre de unidades consideradas menos eficientes y la relocalización de equipos hacia plantas más competitivas. El movimiento más significativo ha sido el cierre del establecimiento Súper en Entre Ríos, con el traslado de su personal a la planta de La China, en la misma provincia. Este proceso de centralización operativa coincide con denuncias de retrasos salariales en varias plantas, donde se registraron pagos fraccionados en hasta cinco cuotas y desembolsos que apenas alcanzaron el veinte por ciento del total adeudado para octubre.

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El contexto sectorial agrava la situación. La empresa aún no se recupera del cierre del mercado chino por gripe aviar en 2023, que redujo su volumen exportador del treinta y tres al veinticinco por ciento y generó pérdidas estimadas en ciento sesenta millones de dólares. Esta contracción ocurre paradójicamente mientras el consumo interno de pollo alcanza su nivel más alto en una década, indicando que los problemas de la compañía son estructurales y financieros más que de mercado.

En el último año, la empresa ejecutó una reducción de más de ochenta puestos laborales y reconoció dificultades para cancelar el medio aguinaldo de julio. Paralelamente, crecen las especulaciones sobre un posible incremento de la participación accionaria de Tyson Foods, su socio estadounidense que adquirió el treinta y cuatro por ciento de la empresa en 2022. Analistas del sector interpretan estos movimientos como una preparación para una eventual transacción accionaria, donde los ajustes actuales buscarían optimizar la estructura antes de una potencial compra.

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Este proceso de reestructuración en tiempo real no solo afecta la situación laboral inmediata de los trabajadores, sino que redefine el modelo de negocio que dominó la industria avícola argentina durante las últimas dos décadas, colocando en entredicho el futuro operativo de la principal empresa del sector.

 

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